El once inicial del Sevilla FC ante el Fenerbahçe dejó varias sorpresas por parte de Jorge Sampaoli, que demostró que no mentía cuando dijo que Nianzou y Jordán habían entrado en la lista pero no estaban para ser titulares. Dmitrovic siguió como portero titular tras su grandes actuaciones en la ida y ante el Almería; Montiel suplió a Navas en la derecha y Telles formó como central en lugar de Nianzou junto a Badé y Gudelj, con Acuña de vuelta al lateral zurdo; Fernando formó en la medular junto a Óliver Torres y Rakitic. Otra de las grandes novedades era la presencia de Rafa Mir junto a En-Nesyri.
Aunque el murciano ha jugado en banda desde la llegada del técnico argentino, todo apuntaba en la previa que el dibujo sería un 1-5-3-2 con doble referencia arriba y sin extremos, por lo que la profundidad corría a cargo de los carrileros. Montiel y Acuña también tenían el cometido de adelantar la línea de presión emparejándose con los extremos locales, lo que hacía que por momentos Telles se situase casi como lateral y se abriesen más Gudelj y Badé, siempre con la ayuda posicional del omnipresente Fernando.
Al 1-0 al filo del descanso le siguieron varias ocasiones locales que Sampaoli quiso frenar con otro cambio de dibujo tras la entrada de Lamela por En-Nesyri. El 'Coco' se situó en la derecha y Suso (salió por Óliver) en la izquierda, dejando a Jordán (por Rakitic) más cerca de Fernando y con Ocampos (tras jugar con Rafa Mir de '9') como referencia más adelantada aunque menos fija. Los cambios dieron otro aire al Sevilla FC, que por fin disponía de gente que, a falta de peligro, al menos aguantase el balón arriba. Con sufrimiento, pero el equipo nervionense aguantó y estará en cuartos de final.
Así jugaron, uno a uno, los futbolistas del Sevilla FC ante el Fenerbahçe SK, en el partido de vuelta de los octavos de final de la UEFA Europa League:
Seguro en los balones colgados y atento en una vaselina de Ismail, apenas tuvo trabajo hasta el penalti en el que Valencia le engañó y tiró al lado contrario de su estirada. La segunda mitad vio cómo tres disparos seguidos rozaban sus maderas y fue víctima de una lamentable agresión. Un monedazo impacto en su cabeza (segundo partido europeo seguido siendo víctima del vandalismo) y tuvo que ser atendido. Nada más volver, evitó el segundo con un paradón a Valencia.
Un centro en la primera mitad fue su única aportación ofensiva, algo que se nota mucho porque en ese sitio juega habitualmente un tal Jesús Navas que garantiza un buen puñado de centros y llegadas a línea de fondo. Fuerte en los balones divididos, dejaba espacios a su espalda que obliga a los centrales a dividirse. Acabó dolorido y el palaciego le suplió a pocos minutos del final.
Situado esta vez como marcador diestro en la defensa visitante. El serbio se impuso por alto y generalmente salió ganador en los duelos aéreos en su propia área, alejó mucho peligro llovido, pero sufrió bastante cuando salía fuera de zona a las ayudas.
Jugó en el centro de la línea de tres centrales, aunque a veces caía a la izquierda para cubrir la espalda de Telles, más escalonado que Gudelj. Transmite mucha seguridad porque no juega con fuego y tiene muy buena colocación, aunque a veces se echó en falta algo más de anticipación (otra de las cualidades que viene mostrando desde su llegada).
Atento para corregir tácticamente como marcador zurdo y casi como lateral cuando Acuña saltaba a la presión. Cometió el penalti del 1-0, pero salvó el segundo en la acción siguiente cruzándose de manera providencial sobre Valencia.
La versión competitiva del 'Huevo', de los pocos de su equipo que se imponían en los duelos y capaz de sacar petróleo en jugadas aisladas, rodeados de rivales y sin líneas de pase. Autor del primer disparo entre palos del Sevilla FC en todo el partido (volea lejana y casi sin ángulo), cuando ya había transcurrido más de una hora de juego.
En su puesto natural de pivote aporta muchísimo más al Sevilla FC. Facilita el orden y no escatima en retroceder para incrustarse entre los centrales si el rival aprieta o vuelca el juego buscando abrir el muro, aunque el partido se le acabó haciendo demasiado largo y fue perdiendo eficacia, algo que suplió dando un paso atrás.
Mucho trabajo físico para intentar acelerar el juego en la zona ancha, situándose algo escorado en la derecha pero con libertad para moverse por todo el campo. Le sobró precipitación y le faltó acierto, aunque en su descarga cabe resaltar que cuando recibía le faltaban apoyos.
Aunque situado de inicio como volante izquierdo, sin balón saltaba para líderar la presión alta, con los dos delanteros algo más abiertos. Al menos, mientras le duraron las fuerzas. No logró imponerse en la fase en la que se discutía el dueño del centro del campo y prácticamente no volvió tras la reanudación. Le suplió Jordán.
Sorpresa en el once y además como delantero, aunque abierto. Desfondado en la presión, logró recuperar balones en los que le faltó acompañamiento para poder sacar rentabilidad. Pese a su escasa producción ofensiva, se quedó en el campo cuando Sampaoli buscó otro tipo de ataque con la entrada de Lamela.
En la primera mitad sólo buscaron con verticalidad sus clásicos desmaques de ruptura en una ocasión (Acuña y estaba anulado por fuera de juego). Se desesperó a veces en el desgaste del 'trabajo sucio', aunque su esfuerzo en la presión frenando la salida local (generalmente con faltas) ayudaba a su equipo a replegar.
Sufrió muchísimo y volvió a depender de que el rival no acertase demasiado, pero le volvió a salir bien. Cambió el dibujo pero esta vez su 1-5-3-2 tuvo menos lagunas defensivas que el 1-4-2-3-1 del Metropolitano. Con todo, tuvo que cambiar al 1-5-2-2-1 para poder aguantar sin tanta angustia. Su equipo fue inofensivo en ataque (dos disparos a puerta y desde lejos), pero le salieron bien los cambios, que dieron frescura y argumentos y el 2-0 de la ida le dio para estar en cuartos a pesar de la derrota en Estambul.
Su entrada supuso un cambio táctico y entre unas cosas y otras el Sevilla FC adelantó posiciones. Por momentos se perdió en piques con un rival, pero lo mejor en ataque salió de sus asociaciones con Suso y de una falta directa que fue el segundo disparo a puerta y el único que puso realmente en aprietos a Altay.
Brilló sin actuaciones culminantes, pero gracias a su inteligencia para situarse entre líneas, protegerla y forzar faltas en las que se consumían minutos muy valiosos. Reclamó penalti tras una caída en el área después de una bonita pared con Lamela y supo llevar rápido el balón arriba para jugar lejos de su área.
Casi el primer sevillista en desbordar por fuera y lo hizo ya al filo del 90'. Fue una refencia móvil que le resultó útil al equipo por su capacidad de aguantar el balón y fijar las líneas locales con su amenazante zancada si le dejan espacios.
Suplió a un tocado Montiel y apenas le dio tiempo a intervenir. Se limitó a no arriesgar y poner abrigo.
Jugó sólo unos minutos, pero se hizo con el balón para transmitir a los suyos que había que moverla y no jugársela en acciones que pudieran romper al equipo.