El Juventud Torremolinos, rival del Sevilla FC en la segunda eliminatoria de la Copa del Rey, se ha salido con la suya, pues nunca acogió de buen grado tener que trasladar el partido a Málaga capital, aun cuando, como le ocurrió en la primera ronda a sus vecinos de CD Rincón frente al Getafe, en La Rosaleda se aseguren una mayor entrada. Las condiciones se daban, puesto que el Málaga CF, también clasificado para este nueva entrega del torneo del K.O., visita en esas fechas al Nàstic en Tarragona, por lo que no tendrá que hacer uso del recinto de Martiricos. Los verdiblancos, que ya se midieron con el Huesca en El Pozuelo, no querían sacar este partido tan importante de la localidad, si bien eran conscientes de que, al quedar fijado el choque para las 21:00 horas del próximo miércoles 21 de diciembre, no les llega con las actuales torretas de iluminación.
Sin embargo, Shahram Hooshfar y Alain Patrick, presidente y vicepresidente del Torremolinos, confirmaban este sábado en rueda de prensa que el cruce contra los nervionenses se disputará finalmente en el campo municipal ubicado en el número 6 de la calle Pedro Navarro Bruna, puesto que la RFEF ha dado su visto bueno a las instalaciones, con algunas mejoras que los anfitriones han prometido acometer en las tres semanas largas que restan. El pasado jueves, los técnicos de la Española estuvieron revisando el escenario y únicamente apreciaron deficiencias reseñables en el tema de la luz artificial, sobre todo porque el encuentro será televisado en directo por TVE, por lo que se necesita más potencia eléctrica y una iluminación que alcance los 450-500 lux. En cuanto al tema de seguridad, el segundo de a bordo zanjó: "Al 99%, jugaremos aquí; me dijeron que no es un problema, porque desde los muros del estadio hasta afuera se encarga la Policía".
El Pozuelo, que reunió a 2.452 espectadores frente a los aragoneses, se quedará pequeño, pues la autorización para la instalación de gradas supletorias no se irá a mucho más de las 3.000 de aforo, una cifra que habría doblado el Juventud Torremolinos fácilmente en el Ciudad de Málaga y multiplicado por diez en La Rosaleda, aunque su dueño, un empresario iraní afincado en Marbella que está levantando el club en todos los sentidos, ha preferido premiar a su gente y, por qué no, jugar sus bazas. "Como dicen en Liverpool, 'This is Pozuelo', y aquí jugaremos", añadía su mano derecha. Además, su entrenador, Ibon Pérez, había expresado sus preferencias cuando valoró el sorteo, sin descartar una sorpresa, aunque entendía que quizás la entidad miraría por los intereses monetarios. En vísperas de Navidad, no sólo los aficionados de la zona, sino también habrá demanda para desplazarse desde la provincia sevillana, a poco más de dos horas.
“Nos ha tocado un equipo consagrado, un grande, con jugadores de selección, que lo tiene todo, aunque esté en una dinámica negativa, pero era uno de los gordos del bombo, por lo que la alegría es inmensa. Estamos hablando del Torremolinos ante todo un Sevilla. Esperemos que sea una fiesta del fútbol, ya que va a ser un día histórico para los chavales, que están jugando la Copa del Rey y no sabemos hasta cuándo no van a volver a jugarla. Que disfruten, que es un rival de ensueño; de los cuatro o cinco que había, nos ha tocado uno. Cuando llegue esa semana, pondremos el chip de la Copa del Rey”, aseguraba el otrora delantero, que añadió: "Ellos van a hacer una especie de pretemporada, pero se centrarán en LaLiga, que es donde se tienen que poner las pilas y ganar partidos. Que vengan como quieran. El Torremolinos jugará como jugó el otro día... y que pase lo que tenga que pasar. No sé qué va a hacer el club, si va a buscar otro campo... El Sevilla te va a traer una barbaridad de gente. El club tendrá que ver cuál es la perspectiva. A mí me gustaría en El Pozuelo, que es donde jugamos, nos entrenamos y convivimos, pero el club tendrá que estudiar el tema económico y ver dónde va a ganar más”.