Aitor Torvisco4 min lecturaNo puede ser. Por algún motivo que se escapa de lo sensorial, Isco Alarcón y Julen Lopetegui deben ser incompatibles. Agua y aceite. Una mezcla que no se consolida por más que lo intenten. Pocos entrenadores son tan apreciados por el talentoso centrocampista malagueño y pocos han entendido su juego mejor que el vasco, ya exentrenador del Sevilla FC. Hasta Nervión les ha perseguido esa persistente maldición que les ha estropeado ya tres proyectos comunes.
El mejor momento de Isco Alarcón como internacional absoluto llegó, precisamente, de la mano de Julen Lopetegui. Pese a que no era fijo en el Real Madrid, el entonces seleccionador español le dio mando en plaza en la 'Roja', pero el vasco fue despedido sólo dos días antes de que empezara el Mundial de Rusia de 2018. El resto de seleccionadores, Luis Enrique Martínez y Robert Moreno, ya no contarían con el de Arroyo de la Miel.
Bien podrían haber dicho algo así los protagonistas en su momentánea despedida, teniendo en cuenta que Luis Rubiales echó a Lopetegui al enterarse de que tenía un acuerdo para dirigir al Real Madrid después de la cita mundialista. Sin embargo, tampoco en Chamartín pudo disfrutar Isco de la presencia de uno de sus principales valedores.
La etapa en el Real Madrid comenzó torcida, ya que el equipo dirigido por Lopetegui perdió la final de la Supercopa de Europa contra su eterno rival, el Atlético de Madrid, y precisamente el Sevilla FC, con un 3-0 en el Sánchez-Pizjuán, le mandó al paro. Sólo duró 10 jornadas. Isco volvió a sufrir esa temprana ruptura de su relación, ya que su protagonismo bajó mucho con Santiago Solari para, a partir de ahí, ir desapareciendo de las alineaciones con Zinedine Zidane y Carlo Ancelotti.
Este verano, después de realizar un destacable ejercicio de paciencia esperando al Sevilla FC hasta bien entrado agosto sin equipo, la venta de Koundé hizo posible el anuncio del fichaje de Isco Alarcón por el cuadro de Eduardo Dato. Allí se reencontraba con Lopetegui, quien le dio la titularidad desde el primer momento.
El malagueño le correspondió. Sin estar a su mejor nivel físico y competitivo, tras muchos años sin apenas competir, Isco ha ido dando pasos y creciendo en el Sevilla FC gracias a la confianza y a la libertad de movimientos que le daba Lopetegui. Sin embargo, la maldición se ha repetido por tercera vez y el vasco ha vuelto a ser despedido de manera temprana.
Isco sólo ha podido coincidir con Lopetegui en ocho partidos de LaLiga y tres de la UEFA Champions League. Otra vez separados. Ahora, cruza los dedos para que no le pase con Jorge Sampaoli lo mismo que le ocurrió con Luis Enrique, Robert Moreno, Solari, Zidane o Ancelotti. De momento, el argentino llegó elogiándole y tildándole de "determinante". Habrá que esperar acontecimientos.