Villa Gómez4 min lectura"Creo que lo teníamos muy claro y hemos salido a por el partido desde el primer segundo. Hemos tenido ese penalti que ha metido Lukébakio y los tres puntos se quedan aquí", resumía tras El Gran Derbi un exultante Isaac Romero, que volvía al equipo tras su aparatosa lesión de tobillo en Vitoria en un lance fortuito con Joan Jordán y fue titular ante el Real Betis. Incluso, tuvo al final una gran ocasión para sentenciar, pero notó la inactividad, como confesaba en los medios oficiales del Sevilla FC: "He intentado irme en velocidad, pero me han cerrado bien y, cuando le he pegado, lo hecho, digamos, muerto. Se nota un poco cuando te llevas un par de semanas parado, pero me he sentido cómodo. He tenido algo de molestias al final de la primera parte, se lo he dicho al míster y he aguantado". Durante la celebración sobre el césped ya no se acordaba del dolor, aunque protagonizó un momento polémico que dará que hablar.
Y es que, en plena euforia, el lebrijano sostuvo, junto a un empleado blanquirrojo, una bandera en la que podía verse un escudo del eterno rival en negro y tachado, un gesto antibético que le vincula más con la afición del equipo de su vida, pero que tampoco debe pasar a mayores, quedándose en el ambiguo apartado de las celebraciones de este tipo de encuentros, en las que se suele decir y hacer muchas veces cosas que, en frío, no se repetirían. El canterano, que siempre lo deja todo sobre el césped, se saca, así, la espinita de su única y breve experiencia en un duelo cainita, que tuvo que abandonar a las primeras de cambio por una rotura fibrilar, así como del paso atrás cuando quiso forzar este curso para jugar en San Mamés el pasado fin de semana contra el Athletic Club, pero su pierna derecha le avisó de que debía tomarse el tema con más calma.
"En el segundo derbi del año pasado me lesioné y tenía muchas ganas de que llegara éste. La primera victoria se queda para el recuerdo", asevera Isaac, que coincide con el resto de sus compañeros en el destinatario del 1-0 frente a los heliopolitanos, que celebraron como se merece todos los sevillistas durante el césped del Ramón Sánchez-Pizjuán: "Íbamos a luchar por la afición y por Jesús. Hemos luchado, como se dice, con casta y coraje. Lo hemos dado todo por él y por nuestra afición, y tenemos los tres puntos. Al final, es uno de los partidos más importantes y hemos tenido la suerte de que hemos ganado y nos da un extra de motivación". Ahora, toca descansar y recuperarse del todo de la articulación dañada para volver con más fuerzas tras el parón, cuando habrá que rizar el rizo, después de tres encuentros seguidos sin perder (7 puntos de 9 posibles) en Montjuic ante el imparable líder de Primera división, el FC Barcelona.
