Empiezan las ugencias para García Pimienta. Solo han transcurrido cuatro jornadas, pero las críticas proliferan después de haber sumado solo dos puntos de 12, de afrontar el parón en descenso y de que, además, desaparecieron las buenas sensaciones de otros partidos en la segunda parte contra el Girona.
Más allá de las carencias de la plantilla y de una planificación que no ha cubierto necesidades básicas, al técnico catalán se le reprocha ya la gestión del vestuario realizada hasta ahora, su propuesta y la tardanza en los cambios para darle la vuelta a los partidos. La pelota no entra y lo que llegaron a considerarse buenas ideas ya se convierten en planes o inventos fallidos, pues han dejado de funcionar, como la presión adelantada, un fiasco contra el Girona, o el posicionamiento de determinados jugadores que se sale del guion.
Por un lado, se le ha echado en cara la autopista abierta en las bandas ante los de Míchel por el posicionamiento de Valentín Barco y ya se pone en tela de juicio la reconversión de Juanlu Sánchez, al que, desde la primera jornada, ha utilizado por dentro, como mediapunta llegador o interior, donde se desempañaba hace años en la cantera sevillista. Contra Las Palmas sorprendió con esta propuesta, situando a Carmona en la diestra y al de Montequinto en el centro del campo y le dio resultado, porque, aunque no participó demasiado, anotó el 1-2 llegando desde atrás.
Repitió contra el Villarreal y Juanlu volvió a marcar de la misma forma, pero en esta ocasión fue anulado y poco más volvió a aparecer a lo largo del partido. Fue suplente contra el Mallorca y el domingo recuperó la titularidad en la media, firmando una actuación muy pobre, pues, apenas entró en contacto con el balón y cuando lo hizo se apreció que en dicha demarcación no halla espacios para explotar sus principales virtudes, recorrido y potencia. De hecho, solo tuvo un 1,9% de la posesión, no completó ningún regate y solo tuvo un acierto del 69% en el pase, reflejo de que no se encontraba en absoluto cómodo. Ya no hay factor sorpresa y el crédito del invento se ha agotado, entre otras cosas, porque desaprovecha las principales cualidades del nazareno.
La solución, la demandada por el sevillismo, sería situar como mediapunta a Peque, el fichaje más caro de este mercado, pero Pimienta apenas si ha confiando en él hasta ahora. Contra el Girona le dio entrada por Juanlu, pero solo le concedió 25 minutos en un partido ya decantado y únicamente suma 32 en este curso. Está por ver si tras el parón cambia el paso y le da la oportunidad al ex del Racing de inicio, aunque parece obvio que García Pimienta está esperando como agua de mayo la vuelta de Suso, al que seguramente le entregará los mandos del equipo en la medular.