Víctor Orta se ha visto envuelto en el fuego cruzado entre la actual directiva del Sevilla y José María del Nido Benavente, que lo ha utilizado en varias ocasiones como arma arrojadiza contra su hijo y presidente, Del Nido Carrasco, y Pepe Castro.
No en vano, tras la reunión mantenida con los accionistas en la Peña Sevillista San Bernardo, cuestionó de manera vehemente la labor del director deportivo. "Yo no desapruebo la gestión de Orta como director deportivo. Pero si tengo un DD que con un presupuesto de 250 millones de euros me tiene peleando por el descenso, no le digo qué le haría. No lo desapruebo. No sería esa la decisión precisamente", señaló el exmandatario nervionense, que volvió a la carga en la reciente Junta Extraordinaria de Accionistas.
"Víctor Orta podría haber contratado a un jugador que juegue al fútbol", espetó Del Nido en referencia a que ninguno de los fichajes realizados en invierno han gozado de minutos en el primer equipo más allá de Agoumé, frenado por su lesión, pero que ya ha vuelto a contar para Quique.
Estos ataques del expresidente no se corresponden, en absoluto, con la opinión que tiene el Consejo de Administración sobre Víctor Orta, más bien la refuerza por las posturas irreconciliables entre las dos partes, y la realidad, a día de hoy, es que el director deportivo mantiene una posición de fuerza en la planta noble de Nervión y que no se duda lo más mínimo de su capacidad y continuidad.
Ahora mismo, como apunta Abc y ha constatado esta web, el crédito de Orta en su parcela apenas si ha sufrido menoscabo a pesar de la situación del equipo y que sus fichajes en invierno no han tenido repercusión alguna en la marcha del conjunto de Quique.
En cambio, se aplaude la gestión realizada en verano con los recursos limitados de los que disponía, con fichajes 'low cost' como el de Nyland, indicutible y clave en este Sevilla, Pedrosa o Soumaré. Así, se le ha entregado las llaves del próximo proyecto con un amplio margen de maniobra más allá del condicionante económico, aunque no con libertad absoluta.
En el club no se esconde que ha habido diferencias, sobre todo a la hora de elegir entrenadores, pues tras la apuesta por Diego Alonso, cuestionada por la gerencia, Quique fue un perfil más ajustado a la directiva. En cambio, más allá de estas desavenencias, la fe de Del Nido Carrasco y Castro en Víctor Orta es total y no existe el más mínimo resquicio que invite a pensar que, pase lo que pase, Víctor Orta no será el encargado de planificar el Sevilla 24/25.