Óscar Murillo4 min lectura"No fue un partido de infarto en mi opinión, porque hicimos una gran primera parte y debimos habernos ido con mas ventaja al descanso. Luego, ellos nos apretaron y nos complicaron al final, pero pudimos convertir otro y supimos aguantar el resultado", resumía en zona mixta Marcos Acuña, autor del 1-0 ante el Getafe, "el segundo de cabeza" que marca, después de "uno al Atlético de Madrid", aunque no se da todo el mérito: "Por suerte, pude desviarla y conseguir un gol importante". Estaba visiblemente cariacontecido el zurdo, aunque podría haber sido por la tensión del momento. Evidentemente, no es cómoda para los jugadores tampoco. "Tenemos que seguir mejorando. Fue un partido donde se vieron cosas que trabajamos, pero hay que seguir adelante con nuestras ideas para sacar esto todos juntos".
Porque, lógicamente, la victoria, segunda de 2023 contando la goleada en Copa del Rey ante el Linares que ha clasificado a los nervionenses para octavos de final, donde se verán las caras con el Alavés, es un gran avance en la lucha por la tranquilidad, pero no definitivo, ya que los rivales directos (Cádiz, Celta, Espanyol) también sumaron esta jornada, algunos de tres. "Estamos muy abajo y queremos salir de esta situación, por lo que la única forma es ganar partidos. No esperábamos empezar así LaLiga, la verdad, pero hay rachas buenas y malas. Lo importante es levantarse. Ojalá sigamos así", zanjaba el ex de Sporting Clube, que no sonreía, como se dice coloquialmente, ni por receta del médico, hasta que llegó la pregunta clave.
Y es que el compañero de los medios oficiales del club Alberto Moreno, con toda la buena intención del mundo, quiso animar indirectamente a Acuña, que mostró un excelente nivel ante el Celta y que calló bocas también contra los azulones, abriendo el marcador y firmando otro gran encuentro, frente a los rumores de que se iba a operar de su pubalgia nada más acabar el Mundial o que, incluso, podía ser traspasado, al entender el Sevilla que no sumar más de cuarenta y cinco minutos ni dos encuentros seguidos entre octubre y noviembre se debía a su deseo de dosificarse para estar en las mejores condiciones con Argentina en Qatar.
"Eso es algo que quería aclarar. Se dijeron muchas mentiras sobre mis lesiones y no tuve el respaldo del club; eso me entristeció un poco, porque yo siempre he estado comprometido y no lo entendí”, apuntaba con el mismo rictus serio el carrilero, que sacó pecho acerca de este aspecto ahora que, al parecer, las molestias le dejan rendir como tenía acostumbrados a propios y extraños antes de esta temporada, circunstancia que motivó, por ejemplo, su reciente renovación hasta 2025.