La derrota ante el FC Barcelona, más allá de suponer un varapalo por lo abultada de la misma, trajo consigo un importante daño colateral en forma de lesiones. Al final del encuentro, Pedrosa tuvo que ser relevado por Montiel al sentir cómo se e subía el gemelo, aunque no se espera que sea nada importante. Algo más inquieta el estado de Suso, que saltó desde el banquillo y decidió pedir el cambio mediada la segunda, "antes de que fuera a más la molestia en el aductor", tal y como explicó García Pimienta. Pero, sin duda, la mayor preocupación viene de la mano de Chidera Ejuke.
El extremo nigeriano, junto a Lukebakio el jugador más en forma de la plantilla, sintió un desgarro en la parte posterior del muslo de su pierna izquierda a dos minutos del descanso y tuvo que ser ayudado por dos empleados del club para abandonar el terreno de juego, al no poder apoyar siquiera la pierna. Este lunes ha acudido a sometrse a las pertinentes pruebas médicas para conocer el alcance exacto de su dolencia, aunque todo apunta a una lesión muscular en los isquiotibiales que le podría tener más de un mes de baja.
Esta pasa madrugada, a la llegada de la expedición sevillista a la capital hispalense, las imágenes del extremo zurdo no hacían sino aumentar la inquietud. Horas después del encuentro, seguía cojeando de forma ostensible e incluso tuvo serias dificultades para subirse solo al autobús del equipo, como ha recogido Zona Mixta, repitiéndose la misma imagen esta mañana al acudir a la Clínica Arduán. Sin duda, un duro varapalo tanto para el jugador como para el técnico nervionense, que perderá a uno de sus puntales, sin que tampoco hayan faltado las críticas al catalán por su gestión en este asunto.
Al igual que Iheanacho, Ejuke regresó del periplo con su selección sin jugar un solo minuto, aunque sí vivió un auténtico calvario en Libia, donde permaneció 16 horas en un aeropuerto sin comida ni agua, recibiendo "un trato inhumano", como denunció la Federación de Fútbol de Nigeria (NFF). En esas condiciones, el ex del CSKA de Moscú apenas pudo descansar, a lo que se sumó un largo viaje de regreso de más de 10.000 kilómetros en apenas 24 horas. “Nos dio un poco de miedo", confesó a su llegada.´
Pese a todo ello, García Pimienta no dudó en darle una camiseta de titular. Por eso, hay quien señala al barcelonés, al entender que podría haberlo reservado para ahorrarle el esfuerzo, como suelen hacer muchos entrenadores después de las odiseas que plantean a veces los partidos internacionales. Entrar a valorar si se podría haber evitado de ese modo la lesión, sin embargo, sólo tiene cabida en el 'fútbol ficción', siendo muchos otros los que asumen que se trató de una acción desafortunada sin más.