Marcó un doblete en Copa del Rey ante Las Rozas FC, cerrando casi un año de sequía y alimentando las esperanzas de un Sevilla FC consciente de que, al llegar libre, necesitaría un tiempo de adaptación y para coger el ritmo, aunque lo cierto es que, problemas burocráticos aparte nada más aterrizar, Kelechi Iheanacho dista mucho de ser un refuerzo que marque diferencias en Nervión. Y no será por falta de oportunidades. Ante la ausencia por lesión de su compatriota Chidera Ejuke y de su sustituto natural, el joven Stanis Idumbo Muzambo, lo alineó García Pimienta en Butarque arriba junto a Isaac Romero, es cierto que a ratos escorado a la izquierda sin ser extremo. No logró crear peligro alguno el ex del Manchester City y el Leicester, que venía de fallar un tanto inverosímil ante la Real Sociedad, a puerta vacía tras regatear en carrera a Álex Remiro y hacer luego un lío con los pies para mandarla fuera.
Este jueves, el seleccionador de la 'Súper Águilas' lo incluyó entre los once elegidos ante Benín en Costa de Marfil, exilio obligado de los centroafricanos por problemas de índole política aparte de deportiva. Se la jugó Augustine Eguavoen y por poco le sale mal. De hecho, perdía 1-0 Nigeria en el minuto 80, lo que habría permitido a su oponente situarse con nueve puntos a uno de los verdiblancos, que se habrían jugado el próximo lunes con Ruanda en la última jornada del Grupo D la clasificación para la Copa de África, si bien la derrota de éstos contra Libia dejaba ya sin opciones a ambos de acabar entre los dos primeros. Por si acaso, Victor Osimhen apareció a tiempo para empatar de cabeza y salvar el honor de un combinado nacional donde tampoco destacó especialmente el atacante nervionense, sustituido al descanso entre críticas de los aficionados.
Los números de Kelechi Iheanacho son demoledores. Según las diferentes páginas estadísticas, no se le contabilizan disparos a puerta o desviados, más allá de un centro peligroso que tampoco aprovechó el compañero de turno. Con una recuperación en su haber, eso sí, perdió el único duelo terrestre que propuso, al tiempo que, de sus 30 toques de balón, únicamente uno fue en el área de Benín. Arriesgó poco en el pase (92% de precisión), aunque sí mandó dos balones en largo que terminaron en pies nigerianos. Seguramente, otra ocasión perdida de ganar confianza y rodaje. La paciencia de los hinchas de su país parece agotada. En tierras hispalenses, está por ver.