El fútbol da muchas vueltas. Un día es imposible salir del agujero y al siguiente estás montado en una nube; pero también a la inversa. Nadie sabe lo que tiene escrito el futuro y menos aún un chaval de sólo 20 como Manu Bueno. El prometedor centrocampista no sabe aún si podrá dar continuidad a este sueño cumplido de jugar y marcar goles con el primer equipo del Sevilla FC, pero sí tiene garantizado ya un lugar eterno en la historia de la entidad. Y eso que estuvo a punto de irse el verano. Cuando las futuras generaciones de sevillista miren los anales para ver el último día de Jesús Navas en el Ramón Sánchez-Pizjuán sabrán que este enjuto pero talentoso jerezano de pelo ondulado fue el autor del gol del triunfo del equipo nervionense cerrando la fiesta perfecta: diana decisiva de un canterano el día que se despide la mayor leyenda de la carretera de Utrera. El adiós del capitán deja huérfano el '16' de Antonio Puerta y el legado exige que el heredero sea un jugador de la casa que ame la camiseta. La candidatura de Manu Bueno se defiende sola pero si acaso, cabe recordar que es el '16' del Sevilla Atlético. ¿Más señales del destino quieren?
Ya con las emociones digeridad, Manu Bueno se pasó por el canal de Twitch del Sevilla FC para intentar poner palabras a todo lo vivido el sábado ante el RC Celta: "Ha sido un fin de semana redondo. Si había día para estrenarse como goleador ese era el día indicado. Poder meter ese gol tan importante que nos de la victoria y que Jesús se despida con victoria... porque al final es como se merece. Qué menos que dedicarle este gol. Fue inolvidable".
En cuanto a su gol, con un buen disparo de zurda desde la frontal, recordó que ya lo había intentado sólo unos minutos antes de marcar: "En el partido hay dos o tres jugadas muy parecidas que se quedaban un poco solas en la frontal. Dije 'Me voy a poner ahí a ver si me cae y, si cae la gloria, pues a por ello'. Saúl me ve muy bien, me da el pase y va para dentro. Cuando la veo entrar no sé ni qué pensar, veo el Sánchez-Pizjuán boca abajo gritando mi nombre, Jesús Navas emocionado… no entendía nada. La noche de después no pude ni dormir, pero en ese momento tú no piensas, tú fluyes. Lo que te salga de dentro es lo que haces en un momento así. Meto el gol, la veo entrar y de repente miro para los lados, veo a la gente chillando, gritando, los compañeros igual... una locura".
Era la primera diana del canterano y seguro tendría muchas personas que merecían la dedicatoria, pero ese día era el momento de Navas, un ejemplo para él. El premio es doble. Su camiseta de ese día está enmarcada con la firma de la Leyenda: "Yo quería que Jesús me dedicase esa camiseta porque mi primer gol y encima en su despedida, para mí era algo muy especial. Al final acaba el partido y Jesús, tuvo el detalle de acercarse a mí, me da un abrazo y me sale de dentro decirle que por favor me firmara, que esto iba a ir enmarcado en mi casa. Tu primer gol siempre es distinto. Las primeras cosas en la vida son únicas siempre van para el recuerdo".
"Yo quería estar con Jesús porque es un ídolo para mí desde pequeño, quería estar junto a él. Era un día para el recuerdo, me dijo que gracias por el gol y en la dedicatoria lo mismo", añadio Manu Bueno, quien desde entonces sigue ejercitándose a diario con el primer equipo. Además, también destacó su cariño especial por el dorsal 16: "Yo al final llego al Sevilla Atlético y el '16' está libre. Lo que significa el '16' en el Sevilla FC no significa en ningún lado, es el dorsal más importante en el Sevilla y poder llevarlo en el filial es un orgullo. Le tengo un cariño especial".