"Si haces una mala temporada, es muy complicado vender"

El que fuera director deportivo de Valladolid e Ibiza, tras años formando parte de las estructuras de Monchi en el Sevilla, analiza para ESTADIO Deportivo la situación actual del fútbol español, con graves problemas económicos

Alejandro SáezAlejandro Sáez 8 min lectura

Durante su extensa entrevista con ESTADIO Deportivo, Miguel Ángel Gómez no sólo hizo balabce de su trayectoria en el mundo del fútbol, donde empezó en el fútbol femenino hasta pasar a formar parte de la secretaría técnica del Sevilla FC para acabar convirtiéndose en una de las piezas importantes dentro de la estructura sevillista; una larga etapa tras la que dio el salto a las direcciones deportivas de Valladolid e Ibiza. También se refirió al buen hacer del Betis en los últimos tiempos y analizó la problemática actual del fútbol español, con la mayoría de los clubes en una delicada situación econnómica y buscando talento joven en un 'plante fútbol' cada vez más complicado.

- En el Sevilla, entre muchas otras facetas, fue durante mucho tiempo jefe de scouting y, luego, secretario técnico, con miras más hacia los jóvenes talentos.

- Sí. A mí siempre me ha gustado. Al final piensa que yo llego ya al Sevilla desde abajo, llevando alevines, benjamines… Entro con el Sevilla Atlético también. Entonces, a mí el trabajar con jugadores jóvenes siempre me ha gustado mucho. También es verdad que era un mercado que controlaba mucho desde siempre, porque como seleccionador andaluz pues tenía que ver mucho fútbol base también y conocía mucho las generaciones que iban llegando. Era, entre comillas, mi especialidad. Pero al final, cuando te pones a ver fútbol y te vas enganchando al fútbol profesional, vas abarcando también lo demás. Con la salida de Víctor Orta es cuando yo asumo mucho más rol en el tema profesional, del primer equipo, y asumo también lo que estaba llevando con Miguel Calzado, del scouting de cantera, de renovación de todas las cosas. Entonces aunamos dos áreas donde yo tengo mi gente de confianza.

- La mayoría de los clubes españoles están muy mermados en lo económico. ¿Es la solución a este problema el encontrar talento joven antes que el otro, como en su día consiguió el Sevilla FC?

- Está todo cambiando mucho. Al final, para mantener a un canterano que destaca en infantiles las pasas canutas, porque te viene el pez grande que se come al pequeño. Donde tú estás dando una ayuda de estudios X, allí llega el grande y yo te la doy mayor y encima soy el grande. Entonces, al final, los padres tampoco tienen claro cuál es el proyecto de su hijo. Al menos, por mi experiencia final, es verdad que existe un sentimiento muy especial en cuanto a los canteranos, pero muchos de ellos cuando se tienen que ir, se van. Cuando ven su oportunidad hacen así y te dicen: ‘Ni cantera ni nada, yo me voy’. Entonces, ahí entra el tema económico. Tú piensa que hay equipos grandes que por un jugador de 16 años o 17 han pagado 45 millones de euros. Claro, acertar con un jugador joven pagando 45 millones de euros… ¿Sabes quién es el mejor jugador de Brasil en este momento? Pues 40 o 45 millones.
Está todo pasado de rosca y para los clubes es muy difícil. Para los clubes que trabajan bien la cantera es superdifícil. También es verdad que es muy difícil cuando te están llamando los clubes importantes. Viene el Inter de Milán y le hace una oferta un chaval de 17 años y el chaval dice: ’Tío, que es el Inter de Milán’. Aparte ya del tema económico, entonces ahí está el tema, que hay que anticiparse. Pero claro, anticiparse, anticiparse, anticiparse… Al final estamos todo ya yendo a chavales de infantiles en una edad donde está prohibido pagar. Es decir, que de ahí para abajo no se pueden hacer jugadores profesionales. También está la normativa de la de la FIFA que los protege. Yo creo que la clave para eso es mantener tu criterio. Para mí creo que todos los clubes estamos endeudados porque nos han faltado esos criterios a principio de temporada para tener muy claro de hasta dónde llegamos, hasta dónde no debemos pasarnos. Pero no solo en en gastos de primer equipo, en todo. Creo que si tú planificas bien, pues te puede decir: ‘Oye, nuestro salario medio es este, pues vamos a tener diez jugadores con un salario mínimo. Luego, de este mínimo entre las dos o tres estrellas de turno, pues si te puedes pasar y luego los jugadores bien pagados. Pero claro, si al final vas a tener cinco o seis superbien pagados como si fueran las estrellas y su rendimiento no es el de una estrella pues es ahí donde empiezan los problemas. Y encima, los procesos de venta en temporadas en las que tú no tienes éxito son muy complicados. Si tú haces una mala temporada es muy complicado vender, muy caro.

- Escuchándole, se me están quitando las ganas de ser director deportivo.

-No, al revés. Al final yo creo que eso es bonito. Si tú disfrutas con con las gestiones, con las negociaciones, asumes que haga lo que haga va a tener esa crítica. Siempre va a haber gente que lo va a ver bien y gente que lo va a ver mal. Pero yo creo que todo eso sienta la base. Tendría que haber, igual que esa gran sentada que decía Luis Aragonés cuando le dio la vuelta al fútbol español. Dentro de los clubes o donde yo estuviera. ¿Lo que si me gustaría hacer es decir cuál es el presupuesto, cuál es la mentalidad del club, cuál es la filosofía? Se trata de decidir qué jugadores locales, qué porcentaje de jugadores extranjeros, qué porcentaje de jugadores extranjeros no latinos quieres tener. ¿Árabes? Nosotros queremos contar con el fútbol africano… No sé, decidir. El estipular un poco cuáles son los cimientos del proyecto. Entonces dices: ‘Oye, pues queremos hacer tres apuestas jóvenes de fuera por las que podemos pagar. Tres jugadores de la cantera y el resto rendimiento puro y duro, porque al final nos tenemos que quedar en la categoría que sea o al revés, tengo que ascender’. Si todo eso está claro, yo creo que al final llegas, que igual tardas una temporada o dos, pero al final si tú tienes claro qué tipo de proyecto tienes, llegas. También te digo, existen muy pocos clubes que lo hagan.