Una representación del Sevilla FC ha visitado este miércoles la planta infantil del Hospital Virgen Macarena, con el presidente, José María del Nido Carrasco, a la cabeza y el embajador del club, Pablo Blanco. Junto a ellos, han repartido ilusión entre los más pequeños los jugadores del primer plantel Gudelj, Nyland, Marcao y Lukebakio, así como las futbolistas Lucía Moral, Corrales, Raquel Morcillo y Padilla, que compartieron momentos entrañables con los niños y las niñas hospitalizados y les llevaron regalos.
Tras la visita, Nemanja Gudelj fue el encargado de atender a los medios de comunicación allí congregados, con la resaca aún del duro varapalo sufrido ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano. "Después de la derrota, el vestuario se sintió fatal. Haces una hora muy buena y se te escapa en la última media hora. Hicimos lo más difícil al ponernos 1-3 y eso no puede volver a ocurrir. Lo hemos analizado para detectar los errores, pero ya hay que centrarse en el próximo partido porque es lo que importante ahora", señaló el serbio, que antes de pasar página, se refirió también a la polémica que rodeó al encuentro, con los insultos de Giménez y Griezmann y la reacción de Isaac Romero en su pique con el banquillo colchonero.
"No lo vi. Escuché algo, pero es parte del fútbol. No puedo comentar la situación porque no la vi, pero entiendo que en partidos así calientes es normal que puedan pasar esas cosas", destacó el mediocentro, con los cinco sentidos puestos ya en el choque de este próximo sábado ante el Celta de Vigo.
"Para nosotros es un partido muy importante, sobre todo porque en las dos últimas jornadas hemos sacado un punto, pero merecimos mucho más. Además, es el último encuentro del año en casa y la despedida de una leyenda como Jesús Navas. Hay que darlo todo e ir a por esos tres puntos y darle una alegría. Queremos darlo todo para que se despida con los tres puntos y muy feliz", comentó en referencia al último partido en Nervión del palaciego.
Esto hará que en unas semanas Gudelj herede el brazalete del campeón de Europa, asumiendo con gusto su nuevo estatus. "Nos toca a los que nos quedamos dar el paso adelante. Para mí es un honor y una responsabilidad muy grande pasar a ser el primer capitán. Hay que estar ahí para enseñarle a los jóvenes los valores del Sevilla FC que yo conozco ya bien porque llevo aquí seis años y tenía muchos ejemplos como Navas y Rakitic y lo aprendí de ellos, así que ahora me toca a mí. Siempre lo he dado todo por este club y se me ponen los vellos de punta. Voy a dejar la piel en el campo en cada partido", destacó.
Por otro lado, el balcánico no quiso aclarar cuáles son las metas del equipo en esta temporada, pero de mostró optimista con la evolución. "No quiero hablar de objetivos ahora. Un club como el Sevilla siempre tiene que mirar arriba y tener eso en mente, pero ahora mismo somos un equipo en construcción. Creo que lo estamos haciendo bastante bien, aunque hay muchas cosas que mejorar, pero este grupo tiene mucho potencial y puede llegar muy lejos. Hay que ir partido a partido y creciendo como equipo y como club para estar ahí donde merecemos", sentenció.