Monchi había vuelto esa primavera de su corta aventura de dos años en la Roma y se preparaba para volver a formar un Sevilla FC de Champions League. Con plena confianza de los dirigentes y cierta holgura de talonario, el isleño no dudó en pagar 25 millones de euros al Mónaco por un talentoso extremo llamado Rony Lopes. Pero no quedó la cosa ahí: ese verano se abonaron también cantidades altas Jules Koundé (otros 25 kilos), Munas Dabbur (17), Lucas Ocampos (15), Diego Carlos (15), Joan Jordán (14), Luuk de Jong (12,5), Óliver Torres (11), Max Wober (10,5), 'Chicharito' Hernández (7,75) y Fernando Reges (4,5). En enero, aterrizarían Suso Fernández (casi un kilo la cesión, con obligación de compra de 21,7) y Youssef En-Nesyri (20), por lo que se emplearon casi 180 millones de euros, con otros muchos comprometidos a corto-medio plazo.
De aquellos polvos vienen estos lodos, dirán algunos oportunistas y ventajistas, aunque lo cierto es que por varios de esos nombres se obtuvieron interesantes plusvalías que, aparte del rendimiento (especialmente de los centrales), compensaron pérdidas con otros. Pero el fiasco con el luso-brasileño lo supera todo. Casi cinco años después, el de Belém ya no pertenece a la plantilla blanquirroja, con la que apenas disputó 14 partidos oficiales, en los que repartió una mísera asistencia (al Dudelange en la Europa League), para un total de 602 minutos. Al Sevilla FC le costó casi 700 euros cada segundo que el atacante vistió su camiseta. Una ruina absoluta que intentaron compensar los nervionenses con un carrusel de cesiones en las que el interesado rara vez se reivindicó. Nadie quiso o pudo comprarle, pese a pasar en este periodo por Niza, Olympiacos y Troyes, asumiendo en algunos casos parte de su ficha.
Víctor Orta cortó por lo sano el verano pasado, cuando todavía le quedaba un año de vinculación aquí a razón de 2,5 kilos netos de salario: lo dejó marchar libre al Sporting de Braga, aunque conservando unas variables que podrían dejar un penúltimo rédito de 500.000 euros, más el 20% de un posible traspaso futuro. Este porcentaje es el clavo ardiendo que propiciaría que el fichaje menos rentable de la historia sevillista lo fuese un pelín menos. Rony Lopes ha participado en 32 encuentros con los 'Guerreiros del Minho', con cuatro goles y una asistencia en su haber, aunque tan sólo en 647 minutos de juego. Como quiera que no se han cumplido las condiciones pactadas, no habrá ingresos extras para los hispalenses, que habrían percibido 200.000 euros de haber ganado su equipo hasta 2026 la Primeira Liga, la Taça de Portugal o un título europeo (no valía la Copa de la Liga) si él disputaba el 50% de los encuentros posibles; y 300.000 de clasificarse para la Champions (se quedó en Conference).