Sevilla
R. Madrid
"El Sevilla FC quiere comunicar que, tras detectar un comportamiento xenófobo y racista de un aficionado en su grada, ha procedido a su identificación, expulsión del estadio y denuncia a las autoridades policiales que prestaban servicio en nuestro estadio. Además, se le aplicará con toda rigurosidad el reglamento disciplinario interno y será expulsado como socio de forma inminente. El Sevilla FC se muestra contrario y condena cualquier comportamiento racista y xenófobo, aunque sea de forma aislada, como es el caso, y muestra su predisposición y colaboración con las autoridades para erradicar estas actitudes, que no representan a una afición como la del Sevilla". Así reza el escueto pero contundente comunicado que la institución nervionense ha difundido este sábado, al filo de las nueve de la noche, apenas media hora después de la finalización del choque ante el Real Madrid, explicando unas medidas aplaudidas por todos.
Aunque no ha trascendido el momento exacto en que se produjo la exclusión del citado hincha blanquirrojo, que tampoco ha mostrado la señal de televisión, parece que todo fue tras la tangana motivada en la recta final por el forcejeo entre Nyland y Vinícius, que terminaría siendo sustituido y recibiendo la bronca de los aficionados por empujar al meta noruego en su intento de que no perdiera tiempo. En esta ocasión, aunque no ha sido la única ni mucho menos, el Sevilla ha actuado de manera rotunda, como ya hizo a finales de 2022, después de que dos de sus socios, que viajaron a Mánchester para el partido de la fase de grupos de la Champions League ante el City, fueran denunciados por una actitud similar contra el lateral derecho de los mancunianos Rico Lewis, lo que costó una fuerte multa y la amenaza de cierre parcial de sus instalaciones por parte de la UEFA.
De nuevo, el club que preside José Castro ha sabido estar a la altura en la lucha contra una lacra que está haciendo mucho daño al mundo del deporte y que ya generó episodios en el pasado muy peligrosos, por mucho que haya que denunciar igualmente la actitud chulesca y provocadora de algunos futbolistas en encuentros precedentes que, si bien no justifican ni mucho menos y tampoco excusan el comportamiento denunciable de ciertos energúmenos, sí ponen de manifiesto que encender la mecha o echar gasolina a un fuego desgraciadamente latente no es lo más adecuado. Felizmente, en esta ocasión se ha actuado con rapidez y contundencia, lo que ya ha generado elogios también en los medios internacionales.