Aquel "Monchi, yo no me voy a ningún lado, que lo sepas", quedó como su frase más icónica de sus tres años y medio en Nervión. Y es que Youssef En-Nesyri nunca se quiso ir del Sevilla FC. En cierto modo, aún no se ha ido. El delantero marroquí juega ahora en el Fenrbahçe turco, pero sigue muy pendiente de lo que hacen los que hasta hace nada eran sus compañeros y que, en muchos casos, siguen siendo sus amigos. A lo largo de esta 24/25 se ha hablado largo y tendido de lo solo que se siente Isaac Romero como único '9' y lo mucho que añora la prolífica sociedad que formó con En-Nesyri, en una doble punta en la que Quique Sánchez-Flores se aferró para salvar al equipo. Lo que no era tan conocido es que el norteafricano también echa de menos a su 'hermano' lebrijano.
Lo ha demostrado con un mensaje breve pero sincero y, sobre todo, muy oportuno. Isaac se había llevado una doble ración de su visita al Metropolitano para enfrentarse al Atlético de Madrid. Por un lado se empañó de miel, con un golazo para hacer el momentáneo 1-2 que además servía para estrenarse por fin esta temporada después de 16 jornadas con el casillero a cero. No obstante, al siempre comprometido canterano también le tocó hartarse de hiel, pues los colchoneros remontaron sobre la bocina y el '7' dejó la significativa imagen envuelto en lágrimas de impotencia y rabia sobre el césped.
Justo después del partido, el atacante sevillista colgó un post en Instagram en el que reflejaba ese choque de emociones. Por un lado, compartía tres imagenes de su alegría celebrando su primer tanto de la temporada; pero lo acompañaba con un escueto "Hay que seguir mejorando" con el que simbolizaba que aún le duraba el mosqueo por irse de vacío de Madrid. El amor por la camiseta que estila cada minuto de juego de Isaac llega a la gente, más aún en tiempos tan complejos, así que la publicación tuvo muchos mensajes de ánimo.
Entre las respuestas, también, aparecieron varios compañeros de vestuario y resaltó el abrigo que le ofreció En-Nesyri: "Grande, a por más, hermano", junto a un emoticono de aplauso y otro de dos manos formando un corazón. Cinco palabras y dos muñequitos con los que el marroquí demuestra que no deja de estar pendiente de cómo le van las cosas a 'su' Sevilla.
También él, que venía de un CD Leganés en el que formó una exitosa dupla con Martin Braithwaite, se tuvo que habituar a jugar como único punta con casi todos los entrenadores que tuvo en Nervión: Lopetegui, Sampaoli, Diego Alonso y Mendilibar. Hasta que Quique le emparejó con Isaac Romero y ambos se entendieron a las mil maravillas atacando los espacios con la velocidad y la movilidad como armas comunes.
La calculadora frialdad de En-Nesyri, un avión en balones áreos, y la caliente hiperactividad del lebrijano, que no da un balón por perdido. El primero acabó 'pichichi' sevillista con 20 tantos y tres asistencias; el segundo fue el mejor pasador del equipo pese a estar sólo medio año (con una lesión en el tramo final) con cuatro servicios de gol además de seis dianas. Tan bien se llevaban, que el canterano incluso 'homenajeó' a su compañero celebrando un gol con el popular gesto que hace el africano cuando marca. Normal que los sevillistas hayan reaccionado a esta interacción entre buenos colegas con un fuerte ataque de nostalgia.