Aitor Torvisco6 min lecturaKike Salas es un futbolista que ha aprendido a amar desde niño el escudo del Sevilla FC, club en el que vio jugar a su tío y en el que ha ido creciendo paso a paso en los escalafones inferiores del club hasta llegar a un 2024 en el que ha cumplido el sueño de su vida. Paso a paso ha ido avanzando en la cantera hasta conseguir debutar en la elite, quedarse jugando con asiduidad, vivir partidos de Champions, ganarse un dorsal con el primer equipo y despedir el año más mágico estrenándose con la selección española sub 21, firmando su renovación hasta 2029 con la camiseta de sus amores y sonando como objetivo de varios clubes europeos. Justo en ese contexto de frenesí absoluto, no entra en ninguna cabeza que se metiese en un lío tan tonto de forzar siete amarillas en los últimos nueve partidos de LaLiga 23/24 para que, siempre según la investigación de la Policía Nacional, personas de su entorno se lucrasen con una cantidad aproximada de 10.000 euros. Calderilla para el sueldo de un futbolista, incluso de los que están empezando, como es su caso. Tildado incluso como "pilar sagrado".
Esa misma pregunta que todo el mundo se hace este miércoles ha sido formulada por el programa de La Tribu de Radio MARCA a Ignacio Nogales, jefe de Bet2Earn, una página de inversiones y apuestas deportivas. "Son noticias que se hacen rápidamente muy virales. Que un jugador de un equipo con tanto renombre se meta en estos embolados hace que la noticia corra como la pólvora. Lo que están investigando es que en las últimas jornadas de la pasada liga, Kike supuestamente forzó siete tarjetas y gente de su entorno se habría lucrado con esto. Nos faltan bastantes datos aquí. Me cuesta creer que un jugador de este nivel y con sueldos tan altos se metan en estos jardines porque dos amigos o dos conocidos puedan ganar 10.000 euros", ha comenzado opinando el experto sobre el 'Caso Kike Salas', remarcando su respeto a la presunción de inocencia y mostrando incluso su incredulidad.
A su juicio, es tan sencillo pillar a los infractores y los futbolistas están tan informados de ello, que no considera normal que Kike Salas se preste a eso. "Puede ser que él no fuese consciente, a no ser que la Policía tenga conversaciones de WhatsApp donde quede 'blanco y en botella'. O que la cantidad sea mucha más y entonces sí estaría metido en un lío. Pero si no es así, 10.000 euros no me parece una cantidad desorbitada por la que una casa de apuestas tenga que ponerse en contacto con la policía. Yo que estoy en el sector sé que se manejan estas cantidades e incluso servicios donde se puede pronosticar el mercado de tarjetas. Si una media de 100 personas le mete 50 ó 100 euros a un evento de este tipo, estaríamos superando esas cantidades y apostadores de ese tipo en España hay muchísimos", añade Nogales.
"Las casas de apuestas trabajan mano a mano con las brigadas policiales que se encargan de perseguir estos amaños. Tienen sistemas basados en IA, en históricos donde pueden detectar rápidamente si hay una entrada inusual de dinero en un determinado mercado. Si nos centramos en el de tarjetas amarillas, es un mercado minoritario y me cuesta aún más creer que jugadores con la vida resuelta se metan en estos embolados porque lo que puede ganar su entorno es relativamente poco. Las alertas y las alarmas saltan rápidamente. Cuando una casa de apuestas detecta esta entrada de dinero se pone en contacto con la Policía y es cuando empiezan las investigaciones. Ya ha habido casos más sonados durante este año y el año pasado como el de Paquetá, que se está investigando 60 conocidos suyos ganaron 108.000 euros en casa de apuestas de Brasil, que incluso allí tienen más complicado detectar este tipo de cosas porque tienen como 300 casas legalizadas, está más repartido", explica sobre el proceder en estos casos.
"Nos faltan datos. En otras temporadas me han llegado este tipo de informaciones. Por ejemplo, una de un jugador que estaba en la peluquería y a lo mejor le ha dicho al peluquero, tengo cuatro amarillas y luego viene al Madrid, a lo mejor fuerzo la tarjeta. Los jugadores no tienen que meterse en esos jardines porque hay gente más necesitadas que ellos y los bulos corren como la pólvora y te puedes meter en un lío muy grande solo por hacer un comentario. Si nos están escuchando algunos futbolistas o deportistas, que se olviden de estos jaleos porque se van a buscar la ruina. Y si nos escuchan futuros apostadores, la mayoría de las veces que te lleguen este tipo de información, la sabe tanta gente que si te arriesgas a apostar puede ser que te la tragues o te metas en un lío. Hay que tener cuidado con estas cosas", concluyó.