Diego Alonso podría hacer historia este domingo en el Sevilla colándose en la lista de los técnicos que menos han durado en el Sánchez-Pizjuán. Junto a entrenadores como Janos Kalmar (ocho partidos), Busto (siete encuentros), Buqué (3), Pepe Ortega (2) y Guillamón (1), el nombre del uruguayo podría ser el siguiente en grabarse en dicho catálogo. Y lo hará salvo que le gane al Betis. Porque si no vence en el derbi, quizás no le destituyan al acabar el partido, pero al siguiente tropiezo del equipo sí.
Y es que su destitución es la crónica de una muerte anunciada. Y lo es desde que entró por las puertas del club. O más bien desde que el club permitió la entrada de las cámaras para grabar su primer entrenamiento. Querían mostrar el cambio y lo que se reflejó en aquellas primeras impresiones, que resultan tan importantes en esta vida, es a un técnico desesperado por agradar desde la primera toma de contacto a los dirigentes y a la afición. Gritos y más gritos, haciéndoles ver a las figuras del equipo, como a Sergio Ramos, que ya había llegado él. Que a partir de ahora sólo se escucharía su voz. Y claro, al día siguiente, ronco.
Porque no puedes entrar al vestuario de un equipo, sea de la categoría que sea, como un elefante en una cacharrería. Y menos si las aguas están revueltas. Y si ya eres Diego Alonso, que en España ya nadie se acordaba de ti, apaga y vámonos. Bueno sí, Víctor Orta sí se acordaba.
Su llegada sorprendió tanto a Del Nido Jr. como a Pepe Castro. "Nos la jugamos tú y yo", decía el presidente sevillista. Y no le faltaba razón. Después de seis partidos y una sola victoria, ante el Quintanar en Copa del Rey, el club ya está pensando en su relevo. Porque por mucho que no quieran contradecir al director deportivo, el tiempo se les agota y coquetear con el descenso te puede salir bien un año, pero dos puede resultar muy peligroso.
Tras la vuelta de Londres, Pepe Castro habló sobre su continuidad. Y dijo un 'sí, pero no'. O dicho de otro modo, queremos que siga pero si sigue sin ganar, no. Una obviedad. Y por si esto fuera poco, hoy han dejado pasar a los representantes de los Biris Norte para que el plantel sevillista se ponga las pilas de cara al partido del próximo domingo ante el eterno rival. Porque este método, que siga ocurriendo en esta época, da que pensar que está todo orquestado por el club. Para lavarse las manos de cara a su destitución o para transmitirle aún más presión al de Montevideo. Sin duda, otra torpeza por parte de la entidad, porque si el 'charrúa' no ha acertado con los 'once' ni con el modelo de juego estando respaldado, ahora con esta presión puede liarla aún más 'parda'.
Al final todo queda en postureo, porque el discurso de estas visitas de los radicales, al menos en España, quedan en un peloteo extremo y en darle ánimos a la plantilla. No pasa de ahí afortunadamente. Pero es que no deberían ni darle voz ni protagonismo más allá que el que tienen cada domingo en las gradas del estadio. Y hacerle esta encerrona al técnico y a los jugadores está muy, pero que muy feo.
No obstante, si alguno tiene dudas sobre el próximo entrenador que triunfará en el Sevilla que le pregunten a Josep Pedrerol quien, en El Chiringuito de Jugones, defendió a Diego Alonso como un gran entrenador que triunfaría en el club hispalense. Sin verlo entrenar en su vida, sus argumentos fueron esas primeras imágenes de un entrenador exaltado al que todos los jugadores lo miraban como si estuviese poseído. El presentador catalán se cubre de gloria cada vez que vaticina sobre el éxito de un entrenador cuando llega a un banquillo. Y si no, que le pregunten a Gattuso. Los 'gafa' a todos.