La bola de mierda -con perdón, pero la metáfora es casi literal viendo y oyendo- ha acabado explotando a finales de diciembre, nueve semanas después; pero lo cierto es que todo lo que sucedió en El Gran Derbi del pasado 6 de octubre llevaba tiempo cociéndose a un fuego no precisamente lento. Ahora se habla de ese partido por la sanción a tres canteranos del Sevilla FC que celebraron la exigua victoria ante su eterno rival con una bandera en la que se veía tachado el escudo del Real Betis y que dio origen a una denuncia del club verdiblanco que desde Nervión ven infantil y malintencionada. No obstante, ese día pasaron más cosas, entre ellas que el expresidente José María del Nido Benavente tuvo un altercado en el antepalco que le ocasionará una larga prohibición de acceso al estadio y que el máximo dirigente heliopolitano, Ángel Haro, mantuvo una breve pero acalorada discusión con Joaquín Caparrós. Y todo eso está empezando a salpicar ahora.
"Voy a explicar lo que pasó. Nosotros disputamos el derbi y a la mañana siguiente, a las 9:03, yo llamé a Ángel Haro porque me enteré de que había discutido con Joaquín Caparrós en el palco del Ramón Sánchez-Pizjuán. Él no me cogió el teléfono, pero me devolvió la llamada. Serían las 13:00 o las 14:00. Yo no le había dado importancia al suceso del césped, con la bandera, pero le dije que si se había sentido incómodo en esa discusión con Joaquín Caparrós le pedía disculpas, que quería que cuando esté en el campo del Sevilla FC se siente como en su casa y que esperaba que hubiera estado bien", ha relatado José María del Nido Carrasco en una durísima intervención ante los medios de comunicación, justificando los motivos de la ruptura de relaciones institucionales y resaltando las diferencias entre denunciar a Antiviolencia y buscar una sanción deportiva.
"(Prosigue el relato de la conversación telefónica con Haro) Él me dijo que sí, que no le diera importancia a dichos hechos que habían sucedido en el palco. Que lo que pasa en el terreno de juego se queda en el terreno de juego, como entendemos todas las personas que somos, como decimos, hombres de fútbol. Y a mí no me dijo que le había molestado lo de la bandera. Si me lo hubiera dicho, yo no habría tenido ningún problema en pedirle disculpas. En privado o en público le habría pedido disculpas. Pero es que él no quería unas disculpas. Él quería hacer daño deportivo a la entidad a la que yo represento, a mis jugadores", ha insistido Del Nido Carrasco.
"Y yo, como ustedes comprenderán, yo no me puedo relacionar de manera sana con una persona o con unos dirigentes que no se relacionan de manera honesta con la entidad a la que ellos representen. La sevillanía se gana, no se trata de ser o no sevillano. La diferencia es que jugadores y directivos del Betis se han mofado de jugadores del Sevilla tras la victoria de Copa del Rey y no se nos ocurrió denunciar a Guardado, Canales o Borja Iglesias para pedir una sanción deportiva".
"Han transgredido unos códigos y crean un precedente muy peligroso. No lo podemos tolerar. Han ido a hacer daño deportivo a Sevilla FC. Al Sevilla FC no se le puede atacar de esa manera por parte de los dirigentes del Real Betis Balompié", ha concluído, visiblemente enfadado con todos estos acontecimientos. Desde luego, si el comunicado emitido por el club horas antes ya había sido duro, las declaraciones del presidente nervionense no lo han sido menos.