Cuando se consumó el traspaso de Lucas Ocampos a Rayados de Monterrey, ya con el mercado nacional cerrado, en Nervión se tomó la decisión de no acudir a los agentes libres aunque las gestiones para su marcha habían comenzado antes de clausurarse la ventana.
En este sentido, se apostó por esperar a enero y a falta de un sustituto llegado de fuera para una pieza importante como el argentino se optó en mirar hacia dentro, hacia los recursos que ofrecía la plantilla y la cantera, apostando por la figura de Stanis Idumbo, extremo del filial que había realizado la pretemporada con el primer equipo y había contado en los amistosos para García Pimienta.
De hecho, el técnico sevillista nunca ha escondido que es un perfil de futbolista que le gusta y, de hecho, le hizo debutar ante el Girona antes de que se oficializara lo de Ocampos. Así, en su momento se le consideró como el elegido por el argentino y un miembro más de la primera plantilla, integrado plenamente, hasta el punto de que no ha entrado en ninguna convocatoria del filial ni se ha entrenado a las órdenes de Jesús Galván.
Sin embargo, la realidad es que, más allá de los ocho minutos con el Girona, Idumbo no ha disfrutado de ninguna otra oportunidad en Primera e incluso ha sido adelantado por su otrora compañero en el Sevilla Atlético, Mateo Mejía, que se estrenó ante el Athletic y se ha convertido también en un fijo en las convocatorias.
En el club, tanto públicamente como de puertas apara adentro, aseguran que su rol no ha cambiado pese a su ostracismo y que su evolución se está viendo frenada, pero este miércoles se ha ejercitado por primera vez con el filial bajo el mando del Galván, lo que invita a pensar que se ha reconsiderado la postura con el extremo belga de 21 años, y que, posiblemente, aprovechando el parón liguero, podría debutar en Primera RFEF en el choque del sábado a las 15:30 con el Marbella.
Esta vuelta al filial se supone que es temporal, pero resulta muy significativa teniendo en cuenta que su falta de minutos podría afectar a su evolución y a las esperanzas depositadas en él. De momento, ha vuelto a la disciplina del filial, con el que tiene ficha, y ahora hay que ver si se trata de una medida circunstancial o con vistas a prorrogarse. García Pimienta tiene la palabra.