La derrota del Sevilla FC ante la Real Sociedad dejó especialmente señalado a Marcao. El central cometió un claro e imprudente penalti sobre Zubimendi, que bien pudo costarle la expulsión, y arruinó de ese modo las opciones de su su equipo de intentar sacar algún botín ante un cuadro donostiarra claramente superior. Tras dicha acción, García Pimienta decidió retirarlo del campo y la grada lo despidió con pitos, lo que le dejó muy tocado, como demuestra el hecho de que se quedase solo y cabizbajo en el banquillo una vez acabado el partido, cuando todos sus compañeros se habían retirado ya al vestuario.
Su error ante el conjunto vasco, no obstante, no fue ni mucho menos algo puntual. Lo cierto es que con el brasileño ya llueve sobre mojado. Tras dos temporadas en las que ha sufrido un calvario de lesiones, su físico le está respetando este curso, pero el nivel ofrecido dista muchísimo del que se esperaba cuando Monchi lo reclutó en el verano de 2022, a cambio de 13 millones de euros, para suplir a su compatriota Diego Carlos.
Lo sucedido la pasada jornada fue la gota que colmó el vaso. Ante el Villarreal, por ejemplo, ya salió en la foto del gol de Ayoze, al lanzarse en plancha a despejar y no darle siquiera al balón. Luego, en la victoria ante el Getafe, fue criticado por sus continuas pérdidas, mientras que frente al Valladolid acabó expulsado y puso en riesgo de ese modo el triunfo. Todo ello, después de que Víctor Orta reconociera en verano que era un descarte más, como lo fue Joan Jordán o Januzaj, si bien en su caso fue imposible encontrarle acomodo por su pobre rendimiento en las dos últimas campañas y el elevado sueldo que percibe, rechazando además alguna oferta de Turquía o Arabia Saudí.
Ahora, la pelota está en el tejado de García Pimienta, que debe tomar una decisión clave. El próximo sábado, ante el Leganés, puede repetir en el eje de la zaga con la dupla formada por Marcao y Kike Salas, a todas luces muy débil, o bien buscar otras soluciones en su plantilla y dejar en el banquillo al ex del Galatasaray, lo que supondría sentenciarlo definitivamente y empujar de algún modo a una salida en el mercado de enero, tras surgir las primeras informaciones que apuntan a un posible regreso al fútbol turco.
No sería nada descabellado pensar que el técnico sevillista pueda retrasar la posición de Gudelj, en quien sí confía plenamente, y dar entrada en el centro del campo a Agoumé. Además, también cabe la posibilidad de reubicar como central a Carmona, algo que ya hizo en el tramo final ante la Real Sociedad, pasando Juanlu o incluso Montiel a ocupar el lateral derecho, si bien esta opción parece menos probable. Con todo, el mayor alivio para el entrenador sevillista sería que Loïc Badé llegase a tiempo. El francés, de hecho salió ayer a realizar carrara continua, al contrario que Nianzou. Si finalmente ambos sigue de baja, García Pimienta tendrá que tomar las riendas.