El viernes por la tarde, la Federación Francesa de Fútbol confirmaba la noticia que había adelantado el diario 'L'Équipe' acerca de la desafortunada lesión de Loïc Badé, que le impediría participar tanto esa noche ante Italia (1-3 para los transalpinos) como el próximo lunes 9 de septiembre a las 20:45 horas frente a Bélgica, encuentros ambos valederos para la Liga de Naciones, por lo que el central quedaba liberado, como unas horas después el centrocampista del PSG Warren Zaire-Emery, lastimado en un gemelo. Estaba previsto que el de Sèvres aterrizara este mismo sábado en la capital hispalense, aunque el Sevilla FC le ha transmitido que no había prisa, por lo que aterrizará en el Aeropuerto de San Pablo el domingo y descansará en su domicilio antes de someterse el lunes a una resonancia magnética que confirme el alcance de su dolencia muscular.
'Les Bleus' hablaban de que las pruebas iniciales en el cercano Hospital Americano de Neuilly-sur-Seine habían confirmado que tiene afectado el bíceps femoral derecho, mientras que los medios oficiales blanquirrojos se referían al grupo completo, los isquiotibiales, sin matizar hasta que se precise lo grave del asunto y se calcule cuántos partidos estará fuera Badé, recién renovado hasta 2029 tras rechazar sobre la bocina del mercado estival las suculentas propuestas de Stuttgart y Roma. Una loable 'rara avis' en este mundo tan gobernado por el dinero, pero el ex del Rennes reconoce con compromiso la apuesta que hizo por el Sevilla FC cuando no había disputado ni un minuto en el Nottingham Forest. Con Monchi entonces al frente de la dirección deportiva, imperaron los informes desde su etapa en el Lens para conseguir una cesión con opción de compra (12 millones de euros) finalmente ejercida con gusto.
Se había perdido únicamente el galo el debut ante la UD Las Palmas, que le pilló recién retornado de sus vacaciones tras la conquista de la plata olímpica en París, pero fue indiscutible para García Pimienta en las tres siguientes jornadas frente a Villarreal CF, RCD Mallorca y Girona FC, con encuentros completos en su haber. El intento de estrenarse con la absoluta de su país, labrado a última hora por la lesión del jugador del Chelsea Wesley Fofana, ha terminado siendo un caramelo envenenado para Loïc Badé, que tendrá que esperar, como poco, al parón de octubre. Con unas horas más de margen para esperar, entre otras cosas, que baje la presumible inflamación del muslo derecho, que sufrió el jueves un pinchazo, en Nervión cruzan los dedos para que el grado de rotura sea el mínimo, ya que avecinan cuatro encuentros muy importantes antes del derbi del 6 de octubre.