La cordura y la lógica son términos que en las últimas fechas se colocan en las antípodas del Sevilla FC, un club acomodado en el histrionismo por parte de su planta noble y que se ha acostumbrado a ser noticia por la crisis social, económica y deportiva derivada de la guerra civil que viven sus grandes accionistas, repartidos en dos principales facciones.
Por un lado, la del expresidente José María del Nido Benavente, quien apela a su condición de principal aglutinador del mayor capital social de la entidad, y por otro, la encabezada por su hijo José María del Nido Carrasco, quien forma tándem con el vicepresidente Pepe Castro y se aferra a un pacto parasocial para agarrarse al asiento presidencial aunque se padre haga ya tiempo que le retirara el poder representar sus acciones. Una lucha en la que, como ha quedado demostrado, las principales víctimas están siendo el propio Sevilla FC y sus aficionados, un sevillismo que no acaba de comprender cómo el club se ha deteriorado tanto en tan poco tiempo.
A pesar de ello, el club trata de encontrarse a sí mismo volviendo a los orígenes de un también cuestionado Víctor Orta como director deportivo y un García Pimienta en el banquillo sobre el que muchos consideran -y se incluye también el autor de estas líneas- no ha hecho méritos suficientes en Primera división como para hacerse cargo de un trasatlántico como el sevillista, al que el inicio de temporada le está costando demasiado. Algo nada sorprendente, por otro lado. Y es que en los últimos cursos se está convirtiendo en algo habitual en Nervión, donde, además, muchos ya lo aventuraban al anunciarse el conocer el nuevo técnico para la 24/25 y definirse la plantilla para el presente curso.
En definitiva, un contexto poco propicio para aspirar a volver ser el que hasta hace muy poco era el Sevilla y que hace un par de jornadas, tras la victoria por 2-1 ante el Valladolid, en casa y pidiendo en cierta manera la hora, el conjunto de Nervión vivió un nuevo espectáculo tormentoso en su vestuario, bajando el presidente Del Nido Carrasco para anunciar la renovación de García Pimienta hasta 2027 en un claro intento de transmitir confianza y acallar las críticas sobre su figura; especialmente desde que una semana antes se hubiera visto al Sevilla arrastrarse por Mendizorroza, donde el equipo cayó por 2-1 dejando una lamentable imagen.
Un Sevilla FC asentado en la zona media-baja de la tabla (13º) con nueve puntos (dos victorias, tres empates y tres derrotas) que este domingo recibe al Betis en el Gran Derbi del Ramón Sánchez-Pizjuán y que se conjura para sumar de tres y dar una alegría a sus aficionados que sirva para espolear a todos, tanto en lo anímico como en lo clasificatorio.
Todo esto, precisamente, es lo que viene tratando de hacerle ver a su plantilla García Pimienta desde la derrota del pasado 20 de septiembre ante el Alavés en Mendizorroza. Una imagen que el técnico catalán ya le ha transmitido a los suyos que no puede volver a repetirse. Un partido falto de intensidad y muy lejos del Sevilla FC que él y su cuerpo técnico buscan.
Trabaja mucho García Pimienta lo mental, pues como él mismo ha comentado a sus futbolistas, confía mucho en el grupo que han configurado, queriéndole hacer ver a los suyos que son mucho mejor jugadores de lo que muchos piensan o lo que se ve sobre el terreno de juego. Deben confiar en ellos mismos, como él confía en el vestuario.
Un plantel que, en opinión de Pimienta, cuenta con un amplio número de futbolistas que pueden dar mucho más de sí y que son recuperables para tratar de que el Sevilla FC luche por algo más en LaLiga esta temporada que la simple permanencia de manera holgada.
Ejemplos hay muchos y no le gusta a García Pimienta personificar en nadie, aunque sí es cierto que ESTADIO Deportivo ha podido saber que el joven Tanguy Nianzou, por ejemplo, es uno de los futbolistas más discutidos por todo el sevillismo y que, a la vez, más gusta al técnico sevillista.
El ex del Bayern no ha alcanzado en el Sánchez-Pizjuán el nivel que se esperaba de él, pero García Pimienta está convencido que dispone de cualidades para ser un futbolista importante en el actual Sevilla FC. Un zaguero de jerarquía que, antes de nada, tiene que creérselo él mismo y abstraerse de la incertidumbre reinante sobre su figura.
Un mensaje de fortaleza y convicción en el que García Pimienta viene trabajando a lo largo de las últimas semanas y que en los últimos partidos ha podido comprobarse sobre el verde en ciertos compases. Una ambición con la que Pimienta y su cuerpo técnico preparan a los suyos para que entre todos sean capaces de dar el do de pecho este domingo ante el Betis en el Gran Derbi.