Un derbi es un derbi y no hay duda de que el domingo el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán irá al unísono para animar al Sevilla FC en el primer duelo cainita contra el Real Betis de esta temporada. El Gran Derbi siempre es catalizador y los nervionenses buscarán prender la chispa de la reacción en la mayor expresión emocional que hay en un deporte tan pasional como el fútbol. No obstante, dado el tenso contexto, también es un arma de doble filo. Con un balance de sólo tres victorias en 16 encuentros oficiales de la 23/24, con un triunfo en seis partidos con Diego Alonso como entrenador, con un juego pobre, pusilánime, bajo de energía, hundidos en la clasificación de LaLiga y casi eliminados de la Champions...
Una derrota en casa ante el eterno rival también encendería una chispa, pero la que haría prender el polvorín que es Nervión a día de hoy. La afición está harta. En Londres, los 1.700 sevillistas desplazados cargó contra la directiva reclamando dimisiones y, ya de madrugada, el grupo Biris Norte ejerció de portavoz del descontento, tildó de "bochorno" la actuación ante el Arsenal FC y advirtió de que no permitirán "que se falte el respeto a la historia, al escudo y a la camiseta".
"Se puede perder o jugar mal pero lo que no toleramos es faltar al respeto a nuestra historia, a nuestro escudo y a nuestra camiseta", decía el grupo de animación del Sevilla FC, que también tiene muy claro quiénes son los culpables de esta complicadísima situación que vive el equipo blanquirrojo: "Señalamos a todos y cada uno de los responsables de este bochorno, desde el presidente, principal culpable, hasta el último jugador de la plantilla".
"El domingo sólo vale ganar", remataba el mensaje de Biris Norte en sus perfiles en las redes sociales, de cara a El Gran Derbi de la jornada 13 de LaLiga EA Sports, garantizando que animarán al equipo y que la grada baja de Gol Norte del Sánchez-Pizjuán tendrá el ambiente propio de un derbi, aunque en caso de redundar en las sensaciones y los resultados negativos, si el partido contra el Betis acaba en una nueva decepción o un nuevo "bochorno", la Bombonera puede estallar contra los suyos.
El Sevilla FC había acudido a Londres tomándose esta semana como un necesario punto de inflexión. Así lo reconoció primero el presidente, José Castro, nada más aterrizar el martes en la capital inglesa, y el mismo mensaje transmitieron esa misma tarde en rueda de prensa el ya cuestionado entrenador, Diego Alonso -mañana cumple un mes en el cargo-, y el segundo capitán de la plantilla, Ivan Rakitic. Ya en la mañana del miércoles, el director deportivo, Víctor Orta, redundaba en el mensaje de paciencia y confianza en revertir esta situación.
Incluso el vicepresidente, José María Del Nido Carrasco, insistió en la necesidad de seguir confiando tras pedir perdón al sevillismo. Un buen resultado ante el Arsenal habría aportado tranquilidad y motivación para encarar el duelo con el Betis, y ganar en Londres y en el derbi habría proporcionado un parón liguero calmado. La afición, como siempre hace, respondió a la llamada de su club. En el Emirates Stadium hubo un desplazamiento histórico con unas 2.000 personas, 1.700 de ellos con entrada a pesar de ser un día laborable.
Comenzaron el choque rugiendo y haciéndose notar, pero su equipo no compareció sobre el césped, el primer y único remate fue el de Mariano Díaz en el 90+6' y el Arsenal ganó sin pisar el acelerador. La hinchada se encendió y señaló directamente a la directiva con cánticos de "Pepe Castro, dimisión" o "Somos nosotros, el Sevilla somos nosotros". El ambiente previo al derbi llega con el enfado de la hinchada nervionense entrando en ebullición.