Un punto de 12 posibles es el balance del gris Sevilla FC de Julen Lopetegui en estas primeras cuatro jornadas de la 22/23. O lo que es lo mismo, el peor inicio liguero del Sevilla FC en Primera división en toda la historia del club. Los de Nervión han comenzado el curso con las mismas sensaciones sobre el campo con las que acabaron la temporada pasada, amén de un mercado estival en el que la plantilla se ha debilitado a todas luces en posiciones como el eje de la defensa.
Los refuerzos han llegado tarde y en baja forma, no habiéndose solucionado tampoco el problema del gol que el Sevilla FC viene manifestando desde tiempo atrás, cuando el pasado enero ya se hizo un esfuerzo importante apostando por un Martial en préstamo que tampoco funcionó.
La tormenta perfecta para una crisis que tiene varios padres y que hoy por hoy se centra, fundamentalmente, en la figura del entrenador, Julen Lopetegui. Es lo más habitual en el mundo del fútbol, aunque al sevillismo no se le escapa que hay que mirar, también, hacia arriba. Hasta Monchi se ha visto salpicado. El fútbol no tiene memoria y ya nadie se acuerda de cómo le fue al Sevilla FC durante el tiempo que el de San Fernando estuvo fuera. Manda el hoy y la planificación ha sido la que es. Monchi ha ido al mercado con las cartas marcadas (obligado a vender) y eso tampoco ha ayudado en una ventana de transferencias que ha sido especialmente complicada para todos.
Ya contó ESTADIO Deportivo que el plan, tras finalizar el curso pasado, era el siguiente: un cambio en el banquillo o apostar por Lopetegui y llevar a cabo una revolución de la plantilla. Finalmente, ni una cosa ni la otra. Se apostó por el vasco, pero a medias y con la boquita pequeña. Lo económico pesó más para muchos que lo deportivo. No había para rescindirlo y al de Asteasu tampoco le salió nada que le empujara a dejar el Sevilla FC. Darle la patada costaba 13 millones de euros, teniendo contrato hasta junio de 2024.
Cumpliendo con lo firmado, Lopetegui y Monchi comenzaron a trabajar en un Sevilla FC 22/23 en el que coincidían que era necesaria una revolución, con ventas importantes y con una plantilla más rejuvenecida. Había que abaratar el coste de la plantilla y Lopetegui, al igual que al contrario, accedió también a medias, solicitando cuestiones como el propio Isco. Y de aquellos polvos, estos lodos: un punto de 12 y Lopetegui más discutido que nunca. ¿La revolución? Ni llegó ni se la espera.
Se la jugaba Lopetegui este sábado ante el Barça. De la imagen que diera su Sevilla FC ante el conjunto culé iban a depender muchas cuestiones. Y sólo aguantó el primer cuarto de hora, encajando luego un 0-3 que, incluso, pudo ser mayor. Ahora llega el Manchester City en Champions y las opiniones más críticas dentro del consejo ya están forjadas. Son varias las voces dentro del consejo que dudan de la apuesta por Lopetegui este verano. Si el vasco suspendió este pasado sábado su primer 'match ball', el segundo, este martes, se antoja fundamental.
Ya hay movimientos al respecto y, tal y como ha podido conocer ESTADIO Deportivo por fuentes muy solventes, ya hay gente de peso dentro del club que de manera informal ha pulsado la opinión de algún técnico en paro. Nada más y nada menos que Mauricio Pochettino. El argentino se encuentra sin equipo desde que rescindió con el PSG, negociando un finiquito por valor de diez millones de euros.
Su intención, a priori, es la de tomarse un año sabático, una vez que los tiempos y el mercado no le ofrecieran ningún destino suculento. Sonó este verano para el Athletic Club como técnico de uno de sus candidatos a la presidencia, aunque nunca llegó a cristalizar. Lo económico, lógicamente, sería un hándicap de peso, siendo su anterior sueldo con el PSG de 8 millones de euros.
Despedir a Lopetegui, ahora, podría resultar más barato que en verano, por los condicionantes clasificatorios. En cualquier caso, tampoco sería barato finiquitarlo y abordar el fichaje de un sustituto como Pochettino. El entorno del argentino, por ahora, no se ha pronunciado con claridad, ya que, entre otras cosas, Lopetegui sigue siendo el entrenador del Sevilla FC.
Monchi, como paraguas de la directiva, ya empieza a calarse. El de San Fernando siempre da la cara (como en Almería), pero ya no es suficiente. En el palco lo saben y comienzan a moverse. Sobre el campo o fuera de él, pero es necesario frenar esta sangría que vuelve a tener al presidente, Pepe Castro, en el disparadero. Es conocida por todos la ruda guerra accionarial en la que el Sevilla FC lleva años sumido y ahora se da el caldo de cultivo perfecto para que Del Nido y los suyos vuelvan a la carga.
En 2023, además, llegaría el turno de cambio pactado por el sillón presidencial, lo que enturbia aún más todo. Le tocaría, a finales del citado año, hacerse con la presidencia al actual vicepresidente, José María del Nido Carrasco. Una fórmula pactada y de la que, sin embargo, dudan mucho todos los que están torno a esta lucha por el poder. Bien porque el actual presidente, Pepe Castro, se ingenie alguna fórmula para impedirlo y mantenerse en el cargo o porque su padre, Del Nido Benavente, vuelva a hacerse con el control real de las acciones que actualmente representa su hijo. Es decir, el meollo de todos los problema que azotan hoy día al Sevilla FC actualmente se focalizan sobre la figura del entrenador del Sevilla FC. La punta del iceberg.