"Creo que tiene un problema en el aductor porque es lo que venía arrastrando", señaló Jorge Sampaoli sobre la lesión de Acuña después de que el argentino se retirara a los 20 minutos de la segunda mitad del Barça-Sevilla del pasado domingo.
El sevillismo se temía lo peor dados los antecedentes del lateral argentino, pero no es más que un episodio más de los muchos problemas de pubalgia que viene arrastrando desde el arranque de temporada, que le impidieron jugar con continuidad antes del Mundial y que le hicieron marcharse para ser tratado por un especialista estranjero hace unos días. Acuña está jugando con mucho dolor y va a seguir haciéndolo. En el Spotify Camp Nou se hizo insoportable, pero estará para jugar de nuevo ante el Mallorca.
Su baja crea más alarma después de que no haya llegado el central zurdo que Jorge Sampaoli pidió en el mercado invernal, de que Alex Telles aún no esté recuperado de su lesión y de que Kike Salas haya salido cedido. Ante esto, sólo queda recomponer la defensa y situar a Karim Rekik de lateral. Aunque el neerlandés también tiene unos antecedentes de lesiones que crean alarma.
Curiosamente, todo el lío en el lateral izquierdo del Sevilla llega la semana en la que, previsiblemente, va a volver a jugar en LaLiga el que fuera suplente de Acuña la pasada campaña: Ludwig Augustinsson.
El internacional sueco, al que el Sevilla no le ha puesto una cláusula para que no se enfrente a ellos, ocupará en el Sánchez-Pizjuán la plaza del sancionado Jaume Costa, quien vio su quinta cartulina amarilla ante el Real Madrid el pasado domingo. Frente al conjunto meregue, Augustinsson llegó a calentar, pero finalmente no saltó al campo, por lo que regresaría al campeonato español ante el equipo al que pertenerce y frente a la que era su afición la pasada campaña.
Augustinsson no juega ni un minuto desde hace exactamente un mes, cuando se enfrentó a Stevenage en la FA Cup. Cuatro días antes había jugado unos minutos en la Premier League ante el Wolverhampton del que fuera su técnico, Julen Lopetegui; y, antes de eso, apenas había podido jugar dos ratos más con el Aston Villa. Está ante su gran oportunidad para ganarse un sitio en el Mallorca y, de pasao, hacerle un favor al Sevilla, con el que aún le quedarían dos años de contrato y que no quiere que pierda valor.