Hace mes y medio, esta redacción informó que Mady Camara, pivote guineano del Olympiacos, había filtrado de puertas para dentro el interés que ha mostrado el Sevilla por hacerse con sus servicios el próximo verano y que, incluso, ncluyo ya habría habido contactos.
El centrocampista termina contrato en la entidad de El Pireo y no cuenta con la intención de prolongar su vinculación, por lo que, salvo giro de última hora, afrontará la ventana estival como agente libre, lo que le convierte en una oportunidad de mercado que gusta mucho en Nervión.
El problema en un principio radicaba en las altas pretensiones del futbolista, que exigiría por firmar con la carta de libertad dos millones de euros netos por temporada, más tres por prima de fichaje, cantidades que en el Ramón Sánchez-Pizjuán no se encuentran dispuestos a alcanzar, por lo que quedaban a la espera de que nadie se lo ofreciese y redujera sus condiciones para hacer factible su incorporación.
Desde principios de febrero, la situación de Mady Camara ha experimentado un cambio sustancial que favorece el deseo del Sevilla, pues, como ha podido constatar ESTADIO por fuentes cercanas al club heleno, el medio está apartado del equipo sine die como castigo por no aceptar la oferta que le han puesto sobre la mesa para continuar y, a día de hoy, se entrena con el segundo equipo del Olympiacos.
La versión oficial es que está castigado por razones disciplinarias, pero, realmente, se debe a su negativa a ampliar su vinculación. Por ese motivo, Camara se ha quedado fuera de las convocatorias hasta en 12 partidos, ocho de la Super League griega y cuatro de la Conference League, por lo que el ex sevillista José Luis Mendilibar nunca lo ha tenido a su disposición desde que aterrizó en Olympiacos.
Esta delicada tesitura beneficia al Sevilla tanto en cuanto resta valor al futbolista al pasarse en blanco casi media temporada en el caso de que no le levanten el castigo, con el consecuente menoscabo de su valor y en la fuerza del pivote para negociar. Su ostracismo puede minimizar el interés por él y, por ende, rebajar el caché que él mismo se habría adjudicado.
De hecho, según estas mismas fuentes, el agente de Mady Camara "mantiene contactos con cuatro equipos, Sevilla, Getafe, Lyon y Trabzonspor", si bien, a tenor de filtraciones helenas a ED, el club nervionense, ahora mismo, volvería a estar muy bien posicionado para reclutar al de Matam y "es su destino más probable" a sabiendas de que todo puede cambiar de un momento a otro al tratarse de un futbolista apetecible.
Cabe recordar que, hasta el castigo, Mady Camara, de 27 años, lo había jugado prácticamente todo.