La asamblea extraordinaria de LaLiga, apenas unas horas después de la esperada rueda de prensa de Joan Laporta para ofrecer en teoría explicaciones por el 'caso Negreira' y que se convirtió, en realidad, en una huida hacia adelante del presidente del FC Barcelona, terminó sin ningún entendimiento ni consenso, como era de esperar. Si el presidente de la patronal de los clubes, Javier Tebas, se despachaba a gusto afirmando que el rector culé no había "aclarado nada" al respecto del supuesto caso de corrupción y anunciando que piensa llamar como imputado al hijo del ex vicepresidente del CTA, la entidad catalana expone que las dudas que persistan serán explicadas "en sede judicial", dando por zanjado un asunto que tiene en pie de guerra al fútbol español. De esta forma, aunque el director general del Real Madrid, José Ángel Sánchez, guardó silencio durante las alocuciones, seguramente para no echar más leña al fuego de las acusaciones sobre cuál fue el equipo del régimen franquista, tras la personación merengue en la causa como acusación particular, otros mandatarios sí afearon a su homólogo azulgrana sus palabras.
"No es un caso de corrupción deportiva, sino un acuerdo de asesoramiento en el marco de una prestación de servicios profesionales", argumentaba Laporta, señalando al vástago de Enríquez Negreira como el verdadero nexo de unión. Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, fue de los primeros en replicarle, aunque también afearon sus afirmaciones, señalando al daño al prestigio y la reputación de la competición, otros como Quico Catalán (Levante), Fran Canal (Osasuna), Manuel Vizcaíno (Cádiz) o Amaia Gorostiza (Eibar). "No es un tema de una persona contra el Barcelona, sino que es algo de todos los clubes. En juego está el fútbol, la integridad económica de los clubes y la credibilidad de los mismos. No se puede admitir el discurso victimista y la afirmación de que los servicios no eran reales", defendió el dirigente colchonero, al tiempo que José Castro, presidente del Sevilla FC, era también duro: "En juego está la industria del fútbol, y todo esto la ha puesto en peligro, con el añadido de lo que dijo el propio Barcelona de que era una práctica habitual. No se puede consentir".
Aunque las comparecencias no fueron públicas, otros medios atribuyen unas palabras igualmente contundentes al vicepresidente primero de los nervionenses, José María del Nido Carrasco, insistiendo en que la contratación de asesoramiento por parte de cargos importantes de la jerarquía arbitral "no es algo" que hacen todos, sino que se trata de una práctica puntual y reconocida por el Barcelona. "Por vuestra actuación, tenemos un descrédito a nivel español y europeo", zanjaba el letrado hispalense, aunque el clima de reprobación no fue tan consensuado como se anunció, aminorando algunos representantes de otros clubes su censura cuando tuvieron a Laporta cara a cara.