¿Qué es apostar realmente por la cantera? Sin duda es una pregunta sin respuesta. Las enormes distancias que separan jugar en la Segunda RFEF y en la Youth League de hacerlo en LaLiga y en la Champions suelen impartir una estricta justicia en el mundo del fútbol. Las oportunidades están demasiado caras y no siempre las reciben todos los que acumulan méritos para ello. Hay numerosos ejemplos de esta injusticia en cada gran club de cada país. Es una tónica habitual cada año y es inevitable destacar con cierto sabor a derrota cuando se dan casos sonados de -dicho con todo el respeto del mundo- 'juguetes rotos', de globos sondas que se hinchan cual patata caliente del Grand Prix alimentados por el ingente caudal de ilusión que siempre despiertan los canteranos en los aficionados con solera. En el Sevilla FC, como en tantos otros lugares sobrado de historias de este tipo, es lo que toca vivir este verano con Carlos Álvarez, uno de esas estrellas de futuro exaltadas desde temprana edad en la carretera de Utrera, encarador, eléctrico, desequilibrante... con muchas características que no han sido suficientes para conseguir una oportunidad con el primer equipo.
El menudo mediapunta ha captado el 'mensaje' y ha abierto la puerta de salida del que ha sido su club desde que era un pipiolo, con todo el dolor de su corazón pero convencido de que toca hacer la maleta y despedirse, para desde fuera intentar llamar la atención que, evidentemente, no consigue despertar desde dentro. Con contrato hasta 2024 y con la renovación como escenario casi inviable visto lo visto, Carlos Álvarez se marcha del Sevilla FC con una inevitable sensación de decepción y, según ha podido confirmar ESTADIO Deportivo, este viernes se ha acabado comprometiendo con el Levante UD en un indudable salto (de dos categorías) que sin embargo no es el reto con el que soñaba en rojo y blanco.
Carlitos ya no se ejecitó en la mañana de este viernes con el filial y se le espera este fin de semana en Valencia para completar los últimos trámites de su incorporación al conjunto granota, donde llegará en compañía de su compañero en el Sevilla Atlético Iván Romero. Como en el caso del delantero, el Sevilla FC sólo ingresará una pequeña cantidad económica casi simbólica, pero a cambio se reservará un 40 por ciento de los derechos del eléctrico futbolista -internacional sub 19- por si la rompe en el Ciutat de Valencia, donde firmará un contrato de cuatro temporadas.
Según explican a este periódico fuentes de toda solvencia, la llegada de Carlos Álvarez al Levante UD tiene como principal responsable al técnico del conjunto valenciano, Javi Calleja, quien ha insistido mucho en su contratación. Este hecho es muy valorado por el canterano sevillista, ya que es justo lo que siente que le ha faltado en Nervión. El único entrenador que le dio algo de 'bola' fue Jorge Sampaoli. De su mano brilló en los amistosos durante el parón mundialista y parecía que por fin se la abría la puerta del primer equipo, pero al argentino le duró poco la 'novedad' y unos inoportunos problemas físicos hicieron el resto.
"Todos soñamos de pequeño con poder meter algún día un gol con la camiseta del primer equipo del Sevilla FC y, gracias a Dios, se me ha dado. Se lo dedico a mi familia, que siempre me ha apoyado en los momentos buenos y sobre todo en los malos", manifestaba Carlos Álvarez después de su primer partido y su primer gol con una elástica tan especial para él: "Una es para mí, para guardarla, y la otra se la daré a alguien muy importante de mi familia". Para Mendilibar, que ni siquiera se lo llevó a la pretemporada, nunca contó. Ahora emprenderá una nueva aventura en el Levante UD, con un sueño roto, pero con ilusiones renovadas.