Buenas noticias en la segunda sesión del año para Quique Sánchez Flores que en el día de hoy lo ha hecho en un esperado entrenamiento a puerta abierta en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde se han dado cita miles de aficionados poblando las gradas de Preferencia y Gol Norte hasta llegar a los 16.130 asistentes. Los primeros en saltar al césped fueron los lesionados Jesús Navas y Joan Jordán, que siguen cumpliendo los plazos en su recuperación y trabajaron con balón.
Al filo de las 11:30 horas saltaban al terreno de juego el resto de la plantilla, los que ya están disponibles para jugar este jueves frente al Athletic Club de Bilbao y entre los que se encuentran ya integrados Tanguy Nianzou y Loïc Badé. Así pues, el técnico sevillista tiene dos nuevos centrales con los que contar a partir de ahora aunque Badé ha comenzado la sesión tocando balón en solitario para luego integrarse a los rondos con el resto del equipo.
Pese a todo, siguen siendo muchas las bajas para el choque ante los de Valverde, sobre todo en ataque, donde ya no podrá contar con Youssef En-Nesyri, que ya se ha marchado con Marruecos para jugar la Copa África, ni con Mariano Díaz, que sigue lesionado, por lo que Quique Sánchez Flores solo cuenta con un delantero para este partido, Rafa Mir. Tampoco se pudo ver en la sesión a puerta abierta a hombres como Acuña, Lukebakio o Lamela. Tampoco ha estado Ivan Rakitic por motivos familiares pero sí que estará ya en la sesión de este miércoles, al última antes de medirse a los rojiblancos.
Todo ello obligó a Quique Sánchez Flores ha tirar de muchos canteranos para completar la sesión como fueron Matías Árbol, Darío Benavides, Capi, Lulo, Rivera o Isaac Romero, que sigue esperando una salida para poder ser inscrito en LaLiga y poder debutar con el Sevilla esta temporada.
Como anécdota del entrenamiento cabe resaltar que la megafonía del estadio tuvo que pedir a sus aficionados que no saltaran al terreno de juego para saludar y abrazar a sus ídolos, siendo Sergio Ramos uno de los objetivos favoritos y motivo por el cual tuvo que interrumpirse un momento el trabajo del primer equipo. Tras los ejercicios de activación y los rondos con balón, la plantilla llevó a cabo un partidillo a campo reducido y después ejercicios de finalización a portería con centros por las bandas.
Por último, la plantilla lanzó balones a la grada y se paró a firmar autógrafos y fotografiarse con los aficionados que acudieron al estadio, sobre todo con los más pequeños.