Beto se rompe recordando anécdotas de José Antonio Reyes

El que fuera portero del Sevilla FC explicó que su relación con el malogrado futbolista utrerano era de "hermanos" y se le vio temblando, con muchos apuros para contener la emoción que le genera acordarse de una persona tan especial

Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura

Este fin de semana ha tenido lugar en Albufeira (Portugal) el XVIII Encuentro de Peñas Sevillistas, evento organizado por la Federación de Peñas San Fernando en que han participado más de 80 agrupaciones de aficionados nervionenses y un número muy superior a los 600 asistentes. Entre ellos, ha destacado Beto Bastos Pimparell, el que fuera portero del Sevilla FC, quien ha sido el invitado especial de la tertulia que puso el plato fuerte a una jornada de sábado con eventos lúdicos de todo tipo. Entre campeonatos de futbolín, dardos e incluso un bingo, las emociones se desbordaron con la emisión del documental 'La Copa Imposible'. Fue la Europa League conquistada en 2014 y con el exguardameta portugués como gran protagonista en el 'EuroDerbi', en la eliminatoria contra el FC Oporto y en la final contra el Benfica SL, algo que le hizo vivir un infierno en su país hasta el punto de necesitar escolta policial incluso para bajar a la playa con sus hijos.

La relación especial entre Beto y Reyes forjada en las entrañas de Nervión

No obstante, si hubo un momento especialmente emotivo en la charla de Beto, sin duda ése fue el momento en el que fue preguntado por su estrechísima relación con José Antonio Reyes, al que se refiere como "hermano" y no por esa 'modernez' de denominar así a un buen amigo, sino casi en el sentido más literal de la palabra. Tanto es así, que el siempre locuaz exfutbolista tuvo que pararse, tragar saliva y esforzarse por contener la emotividad que le aflora siempre que se acuerda del malogrado futbolista utrerano, a quien prefiere recordar por las risas de los buenos momentos que vivieron juntos antes que por la enorme pena que sufre por no tenerle a su lado y por su tan trágico fallecimiento aquel 1 de junio de 2019.

"No me gusta mucho hablar de Jose. Mejor dicho, me cuesta mucho hablar de él. La gente no lo sabe, pero era mi hermano. Teníamos una relación casi de hermanos literalmente. Soy amigo de sus padres, especialmente muy amigo de Curro (padre de Reyes). José Antonio es uno de los mejores futbolistas que yo he visto jugar en mi vida. Era un poco 'loco', en el sentido de que tenía su propio fútbol en la cabeza y era un fútbol muy bonito. Esta aquí la persona que me fichó para el Sevilla FC -señalaba al vitoreado José María del Nido Benavente, que acabó subiendo al estrado y sumándose a la tertulia- y él puede decir lo que era Reyes en aquel vestuario", comenzó explicando el exportero luso, visiblemente emocionado.

"Cuando se acerca el 'presi' yo le día a Jose 'Ahí viene'. '¿Ahí viene quién?', me respondía. Yo: 'Ahí viene el jefe, mira su cara'. ¿'Y qué'?, contestaba entre risas", rememoraba sobre ese carácter tan especial que sólo podían entender quienes compartían el día a día con Reyes: "Podría contar muchísimas cosas, muchísimas anécdotas con José Antonio Reyes. Era capaz de sacar a toda la gente de sus casillas cuando no le apetecía, pero era también capaz de levantar un estadio. Cualquier estadio y cualquier afición del mundo. Era único. Estoy temblando un poquito, no quiero llorar... pero José Antonio Reyes ha sido un compañero, un amigo y un ídolo para mí. Es un ídolo y prefiero celebrar su vida, sus jugadas, sus goles y sus risas antes que llorar por lo que le pasó".

Beto, agradecido de por vida a Unai Emery

"Nos sentíamos los mejores del mundo. Con ese espíritu fuimos al Benito Villamarín después de perder la ida del primer 'EuroDerbi' de la historia. Es que esta plantilla ganamos tres veces seguidas la Europa League. Se dice rápido", explicó Beto sobre sus tres años como jugador del Sevilla FC bajo la dirección de un Unai Emery al que también estará siempre agradecido: "Tanto para mí como para el club, el míster significó una época que nunca vamos a olvidar. Nunca me voy a olvidar de él porque fue un maestro y un padre. Mi carácter no es fácil de lidiar, porque soy muy competitivo y siempre quiero jugar. Unai me dio el equilibrio que necesitaba. Me frenaba cuando estaba a punto de perder los papeles y me aconsejaba cuando tenía ese ansía. Es más que un entrenador, es una persona muy especial para mí".