Argentina volvió a superar a Brasil. Los de Scaloni vencieron gracias a un tanto de Nicolás Otamendi en el que fue un duelo histórico en Maracaná. Las peleas se produjeron tanto en las gradas como sobre el césped. Tanto es así, que tuvo que detenerse el partido tras los incidentes en las gradas. Leo Messi lideró a una albiceleste de nuevo, que está intratable desde que ganó el Mundial de Qatar. Poco de Brasil, que se hunde cada vez más incluso con Fernando Diniz en el banquillo.
“Esta noche hicimos historia pero es importante decir que estará marcada una vez más por la represión de los brasileños contra los argentinos”, dijo Leo Messi tras el partido. Antes de ello, ya había avisado al colegiado con un “No jugamos” tras los incidentes de la grada. Parecía que el capitán argentino tomó la decisión y como si de un general se tratase, todos sus compañeros le siguieron hacia el túnel de vestuarios.
Diversos seguidores de Brasil y Argentina protagonizaron un altercado que parecía más una batalla campal, justo antes de que el árbitro diera inicio al encuentro. Casi 30 minutos después, el enfrentamiento pudo comenzar con normalidad a pesar de la tensión evidente en el ambiente del estadio.
Los futbolistas argentinos se dirigieron hacia las gradas con la intención de apaciguar la situación, pero la disputa se intensificó, obligando a la intervención de las fuerzas de seguridad. Se observaba a seguidores salpicados por el incidente, resguardados bajo una escalera, una madre intentando resguardar a sus hijos y se percibía la presencia de sangre en varios fanáticos.
El Dibu Martínez protagonizó otro de los momentos destacados de la noche. En medio de la turbulencia, el guardameta del equipo dirigido por Scaloni mostró su irritación hacia la policía del estadio Maracaná al tratar de proteger a los seguidores argentinos. Los miembros de seguridad tuvieron que contener al arquero del Aston Villa para evitar que la situación empeorara.
Ahora bien, la bomba no sucedió en el césped, sino más tarde en rueda de prensa. Lionel Scaloni dejó un mensaje preocupante a la afición argentina. El seleccionador dejó claro que se está pensando su continuidad al frente de la albiceleste. “Necesito pensar mucho qué quiero hacer, la vara está muy alta y está complicado seguir. Argentina necesita un entrenador con las energías necesarias y que esté bien. Hablaré con los jugadores y los dirigentes”, reflexionó el entrenador en rueda de prensa.