El ‘caso Rubiales’ sigue escribiendo nuevos capítulos entre declaraciones ante la Audiencia Nacional y filtraciones, como los mensajes de Whatsapp entre Jenni Hermoso y el entonces director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, que ya declaró ante la Audiencia Nacional junto al ex seleccionador Jorge Vilda para negar que ambos hubieran coaccionado a la jugadora internacional española para que le quitase hierro públicamente al escándalo levantado por el beso que le dio Luis Rubiales en la entrega de medallas tras la conquista del Mundial de Australia.
En su caso, Vilda sí reconoció haber dialogado sobre este asunto con el hermano de la centrocampista, como ella misma relató en su declaración. Según las propias palabras del técnico, lo hizo para "bajar el suflé", al ver a Hermoso agobiada con la situación, si bien negó de forma tajante que lo hiciera por orden del por entonces presidente de la Federación.
Al igual que Rubiales, todo este asunto también le ha costado el puesto al entrenador madrileño, que fue destituido de su cargo como seleccionador nacional y relevado por Montse Tomé. Pero Vilda podría durar muy poco tiempo en el paro, después de ocho años al frente de la selección absoluta femenina de fútbol, a la que llegó después de otra larga etapa en los escalafones inferiores.
Después de 17 años, por tanto, en el seno de la RFEF, el técnico campeón del mundo se ha visto obligado a cambiar de aires y podría hacerlo incluso de país. Sobre la mesa ya tiene una oferta para convertirse en el director deportivo de la Federación Marroquí de Fútbol, con la idea de que pase a comandar la sección femenina de la misma, según han informado en El Partidazo de Cope.
El citado medio apunta, además, que Vilda aceptará a priori la propuesta recibida, dejando en el aire la duda sobre si trata de un acuerdo entre las federaciones de España y Marruecos en el marco de la candidatura conjunto de ambos países, junto a Portugal, para la organización del Mundial de 2030, del que poco a poco se van conociendo más detalles.
Cabe recordar que el ya ex seleccionador español se marchó asegurando que había sido "cesado injustamente", si bien el despido no le supuso que perdiera el año de contrato que aún tenía firmado. En este sentido, llegó a un acuerdo con el presidente en funciones de la RFEF, Pedro Rocha, para recibir íntegro el sueldo que aún le quedaba por percibir.