La sorpresiva renuncia de Luis Rubiales a la presidencia de la Federación Española de Fútbol (RFEF) ha desencadenado un proceso inesperado en el mundo del fútbol español. La dimisión del mandatario, que se encuentra suspendido temporalmente por la FIFA, ha abierto la puerta a la celebración de elecciones para elegir un nuevo líder que complete su mandato hasta 2024. Este acontecimiento marca un hito en la historia del fútbol español y plantea una serie de incógnitas sobre el futuro de la RFEF.
El artículo 31.7 de los Estatutos de la RFEF establece claramente el procedimiento a seguir en caso de renuncia del presidente en funciones. Según esta normativa, la Junta Directiva se constituirá en una Comisión Gestora que será la encargada de convocar elecciones para cubrir el cargo vacante. El nuevo presidente electo ocupará el cargo durante el mismo período que restaba por cumplir al presidente sustituido. Además, se aplicará la norma del artículo 23.2 de los Estatutos, que establece que aquellos que ocupen las vacantes ejercerán el cargo por el tiempo restante de los sustituidos y no podrán presentarse a una nueva elección hasta que transcurra el período olímpico para el que fueron elegidos.
Luis Rubiales asumió la presidencia de la RFEF en mayo de 2018, cuando sucedió a Ángel María Villar. Fue reelegido para un segundo mandato en septiembre de 2020 sin enfrentar oposición, consolidando su liderazgo en la federación. Sin embargo, su suspensión por la FIFA y los expedientes abiertos por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y la Fiscalía han generado una crisis de confianza en su liderazgo y lo han llevado a tomar la decisión de renunciar tanto a la presidencia de la RFEF como a la vicepresidencia de la UEFA.
La renuncia de Rubiales deja un vacío de poder en la RFEF en un momento crucial para el fútbol español. La elección de un nuevo presidente será determinante para el futuro de la federación y para la estabilidad del fútbol en España. Además, la situación legal de Rubiales continuará siendo objeto de investigación y escrutinio público, lo que podría tener consecuencias significativas en el ámbito legal.
En resumen, la dimisión de Luis Rubiales como presidente de la RFEF marca el comienzo de un proceso de cambio en el liderazgo del fútbol español. La convocatoria de elecciones y la elección de un nuevo presidente serán decisivas para el rumbo que tome el fútbol en España en los próximos años. La salida de Rubiales, que fue una figura polarizadora en la federación, también plantea interrogantes sobre el futuro de la RFEF y su relación con otras instituciones deportivas a nivel nacional e internacional.