El fútbol, como la vida, no se detiene. Lo ocurrido con Luis Rubiales tras la final del Mundial Femenino tiene muchas opciones de terminar con su mandato como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que ahora deberá continuar con una presidencia provisional para seguir con la gestión del fútbol español.
En el caso de una dimisión, que no va a realizar, o una inhabilitación por parte del TAD, el proceso de sucesión es el mismo, siguiendo una serie de pasos establecidos en los estatutos de la Federación. Ante esta situación, se designa a un Presidente provisional que asume el liderazgo del órgano federativo temporalmente. Posteriormente, se establece una Comisión Gestora encargada de la gestión y administración de la entidad durante el período de transición. Esta comisión también es responsable de convocar elecciones a la Asamblea como paso previo al nombramiento de un nuevo presidente. Este proceso completo puede extenderse hasta tres meses desde la convocatoria inicial de elecciones.
En el artículo 31 de los estatutos se establece: "Si el Presidente cesara por causa distinta a la conclusión de su mandato, la Junta Directiva se constituirá en Comisión Gestora y convocará elecciones para proveer al cargo; el que resulte elegido ocupará el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir al sustituido". Es importante destacar que las elecciones se llevarían a cabo en su curso normal en 2024, siguiendo el cronograma establecido, puesto que siempre se realizan coincidiendo con el año olímpico.
En lo referente a la designación de un presidente interino, los estatutos no especifican un método directo. En situaciones pasadas, como en 2017, la decisión se basó en la antigüedad en la junta directiva de la Federación, llevando a la elección de Juan Luis Larrea como presidente provisional. El nombramiento de un presidente interino suele surgir a través de un acuerdo político en el que el Consejo Superior de Deportes también juega un rol importante.
Durante este proceso, el presidente provisional y la Comisión Gestora no pueden tomar decisiones de gestión sustanciales. Su tarea principal es convocar a la Asamblea y dar inicio al procedimiento para la elección del nuevo presidente. Si el presidente provisional desea postularse para las elecciones, no podrá ocupar el cargo de presidente de la Gestora.
Es relevante notar que la disolución de la asamblea del fútbol español no se produce con la salida del presidente actual. El mandato de la asamblea finaliza cuatro años después de su creación. En este contexto, el primer paso implica nombrar a un presidente en funciones, como se hizo tras la inhabilitación de Villar en 2017. En aquella ocasión, Larrea asumió el puesto de presidente de la junta interina.
En cuanto a los posibles candidatos para el puesto de presidente, en circunstancias similares anteriores se eligió a uno de los vicepresidentes para ocupar el cargo de manera interina. Durante las últimas horas, nombres como Pedro Rocha, presidente de la territorial extremeña, y Pablo Lozano, presidente de la territorial andaluza, han surgido como posibles candidatos. También se menciona a Elvira Andrés, vicepresidenta, y Paco Díez, líder de la madrileña, como opciones para liderar la Federación en esta fase de transición.
Explorar los posibles aspirantes para asumir la presidencia de la federación española nos sumerge en un terreno lleno de incertidumbres y opciones. Entre los nombres que resuenan en las conversaciones de muchos se encuentra Iker Casillas, quien previamente mostró interés por el cargo en las elecciones de 2020. Aunque finalmente no se presentó, su figura sigue en la mente de muchos como una posible opción.
En esa misma contienda electoral también se mencionó con más que meros rumores la posibilidad de que el ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pudiera entrar en juego. Rajoy, conocido por su afición al fútbol, nunca confirmó ni descartó categóricamente su participación, dejando así un margen de especulación. Su presencia en la ecuación añade un elemento impredecible a la situación.
Además, no se puede descartar la posibilidad de que emerja un candidato en línea con la dirección actual, respaldado por Luis Rubiales o su círculo cercano. Aunque por ahora no se ha establecido un nombre concreto para esta opción, esta alternativa permanece latente, dependiendo en gran medida de lo que acontezca con el actual líder del fútbol nacional.
El proceso a seguir involucra a la asamblea general, un órgano crucial en este procedimiento. Los miembros de esta asamblea tienen la responsabilidad de respaldar las candidaturas de aquellos que aspiren a las elecciones. En este sentido, cualquier ciudadano español mayor de edad puede postularse, siempre y cuando no incurra en las causas legales de inhabilitación comunes.
Una vez que las candidaturas son presentadas, se requiere un respaldo inicial de al menos el 15% de los 140 miembros que conforman el órgano ejecutivo, lo que equivale a un mínimo de 21 votos para validarlas. Es importante destacar que los miembros de la asamblea tienen la capacidad de presentar a más de un candidato, aunque solo tienen la opción de votar por uno.
Una vez que se han establecido las candidaturas que cumplen con este requisito inicial, se procede a la fase de votación. En la primera vuelta, se requiere una mayoría absoluta para resultar elegido, mientras que en la segunda vuelta, una mayoría simple es suficiente para determinar al ganador. Este proceso de selección asegura que el candidato seleccionado cuente con un respaldo significativo por parte de la asamblea general, lo que garantiza la legitimidad y representatividad del nuevo líder.