Alberto Gálvez4 min lecturaNo es el primer jugador que por alabar el modelo de juego de un entrenador, enfada a otro. Ni será el último. Y esto les suele suceder a los internacionales, quienes muchas veces tienen que cambiar el chip cuando llegan a sus selecciones para adaptarse a unas instrucciones muy diferentes a las que reciben en el día a día.
Pues bien, Rodri Hernández, quien ha sido nombrado esta última semana como el nuevo capitán de la selección española, ha concedido una entrevista a EFE y ha profundizado en el modelo de juego que van a trabajar con Luis de la Fuente al frente del combinado español. Un estilo que será totalmente diferente al que venían trabajando con Luis Enrique y también al de su técnico en el Manchester City, Pep Guardiola.
Cuestionado sobre si el técnico riojano empleará la figura del pivote o no, el centrocampista habló de la versatilidad de este: "Creo que es un entrenador que tiene muy claro a lo que juega, le conocemos de hace tiempo, la idea está ahí y a veces invertirá el triángulo, sobre todo para tener un jugador que te apoye más en fase defensiva y luego volver a invertirlo en ataque. Se dan muchas opciones en las que estamos trabajando. La idea es no estar tan solo defensivamente, estar un poco más protegido, y con balón teniendo gente por delante como pivote único, intentando ser más vertical, incisivo e intentar hacer daño al rival no con tantos toques, siendo un poco más vertical".
En este mismo sentido, confesó la idea que predomina ahora mismo en la plantilla de la nueva 'Roja': "Hay que adaptarse a lo que hoy en día demanda el fútbol moderno. Es verdad que esas posesiones tan largas, de tantos toques, son ineficaces ahora. No quiere decir que perdamos nuestra esencia porque tenemos una característica de jugadores muy específica pero las áreas son más importantes hoy en día. Ser más eficientes y letales tanto defensiva como ofensivamente. En eso estamos trabajando, en ser más verticales. Lo van a dar los partidos y sobre todo, como dijo el míster, crear un equipo".
A sus 26 años, ya es capitán del City y de España, donde ha relevado a Busquets. Y el madrileño está muy feliz y reconoce que no lo tenía planteado en su hoja de ruta: "Es un orgullo tremendo, una cosa que uno no se espera con la edad que tengo pero ha venido. Estamos en un cambio generacional, viene una generación muy joven a la selección y aunque me considere joven ya llevo un tiempo. Más allá del brazalete tengo que ser un ejemplo dentro y fuera del campo. Aconsejar a la gente nueva y dar un poco mi experiencia de mis años aquí, la exigencia y lo difícil que es venir. Hay que inculcarlo en esta nueva hornada con un entrenador que conocemos bien de las categorías inferiores. Intentaré dar ejemplo y asumir el rol de liderazgo.