El controvertido beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante la entrega de medallas del Mundial Femenino 2023 ha colocado al presidente de la RFEF en una incomodísima situación. Acorralado por la opinión pública y las presiones políticas, la invitación pública del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a que dimita ha acelerado aún más un proceso que se antoja inevitable. Y es que las disculpas de Rubiales, en boca del Gobierno, son "insuficientes" e "inadecuadas".
De momento, la RFEF ya ha anunciando una Asamblea General Extraordinaria para el próximo viernes 25 de agosto en la que las federaciones territoriales jugarán un papel protagónico, aunque en principio mostrarán todo su apoyo al presidente de la RFEF, al considerar desde las delegaciones que se está actuando con desproporción ante el presidente de la RFEF. Un 'match ball' que, sin embargo, no se antoja suficiente para Rubiales, quien ya cuenta con el Consejo Superior de Deportes en contra, tal y como su propio presidente, Víctor Francos, ha aclarado: "Si la RFEF no toma decisiones con Rubiales, nosotros estamos dispuestos".
Por el momento, tres son las denuncias recibidas por el CSD (CENAFE, Estrada Fernández y SUMAR), por lo que la maquinaria para su destitución podría ponerse en marcha en cualquier momento.
Ante la pregunta de si el presidente del Gobierno puede echar a Rubiales, la respuesta es no. La RFEF no pertenece a la estructura del Gobierno de España, siendo el máximo dirigente de la misma elegido y destituido por sus asociados. En este punto, por tanto, juegan un papel protagonista las territoriales, que a priori respaldarían a Rubiales.
Según la legislación deportiva vigente, el paso definitivo tiene que darlo el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) tras abrir un expediente a propuesta del CSD, dependiente del Gobierno. El TAD es la máxima autoridad en materia deportiva, por lo que tiene competencias para investigar e inhabilitar a Rubiales una vez que un juez del órgano colegiado elabora un informe que, entre otras cosas, se va a tener muy en cuenta la opinión de ambos protagonistas, como el propio Víctor Francos ha reconocido: "No queremos llevar a cabo ninguna acción adicional hasta que no tengamos el informe. Quiero ver lo que opinan Rubiales y Jenni Hermoso en el informe formal, es relevante saber eso". Cabe destacar que, entre los denunciantes, se encuentra el centro de entrenadores CENAFE, que ya en 2017 provocó el cese de Ángel María Villar.
De confirmarse la destitución de Rubiales bajo el proceso anterior, se nombrará a una junta gestora en la RFEF y se llevará a cabo la convocatoria de unas nuevas elecciones en los plazos previstos por la legislación vigente.
Con los candidatos que se presenten a la misma, la asamble general votará al nuevo presidente de la RFEF. Existe ya un precedente al respecto, el del propio Villar en 2017; en aquel momento, por una vulneración del principio de neutralidad en las elecciones a la presidencia de la Federación.