El ‘caso Rubiales’ ha vivido un episodio clave con la declaración del ya ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol en la Audiencia Nacional, a la que llegó rodeado de una gran expectación mediática y acompañado de su abogada, Olga Tubau, famosa por defender Josep Lluís Trapero, al ex mayor de los Mossos d'Esquadra.
Durante poco menos de una hora, el motrileño contestó a todas las preguntas tanto del juez como del resto de las partes, insistiendo en negar los hechos que le han sido imputados tras su polémico beso a Jenni Hermoso en la ceremonia de entrega de medallas por la conquista del Mundial de fútbol femenino por parte de la selección española.
De este modo, Rubiales ha negado que la acción sin produjera sin consentimiento de la jugadora, por lo que se le acusa de un presunto delito de agresión sexual, y también ha desmentido sus presuntas coacciones. Y es que, más allá del momento del beso, el interrogatorio también ha querido aclarar qué ocurrió en las horas posteriores a la imagen que ha dado la vuelta al mundo, señalando no sólo al ex dirigente, sino a su círculo más cercano dentro de la Federación.
Así, según desvela la Cadena Ser, Rubiales ha sido cuestionado por “tres o cuatro” responsables del ente federativo próximos a él, quienes presuntamente también habrían coaccionado tanto a Jenni Hermoso como a su familia para que restasen importancia a lo sucedido y justificasen públicamente el beso.
Todo ello tiene como referencia la propia declaración de la futbolista ante la Fiscalía, donde habló de “hostigamiento” por parte de Rubiales y de su entorno laboral. Una presunta coacción que también ha sido negada en la Audiencia Nacional por el granadino, lo que no ha sido obstáculo para que la Fiscalía y la defensa de Hermoso hayan solicitado declarar como imputados a estos ‘socios’ de Rubiales.
Mientras tanto, el juez Francisco de Jorge ha decretado una orden de alejamiento por la cual Rubiales no podrá acercarse a Jenni Hermoso a menos de 200 metros, prohibiéndole también comunicarse con la campeona del mundo. Por el contrario, ha rechazado la posibilidad de imponerle comparecencias periódicas ante el juzgado, como pedía la Fiscalía, y tampoco ha estimado la solicitud de la defensa de embargarle sus bienes de forma preventiva.
Y en medio de todo este revuelo, un total de 39 jugadoras han firmado un comunicado en el que se niegan a volver a la selección femenina de fútbol mientras no se lleven a cabo los cambios que exigen en el seno de la Federación, considerando que la marcha de Rubiales y Jorge Vilda no son suficientes.