La selección de Argentina, como ya se sabía, aprovechará los dos amistosos de este primer parón Fifa de 2023 para volver a festejar el título de campeona del Mundo con sus aficionados, en esta ocasión no por las calles de Buenos Aires, sino en los dos estadios que acogerán los encuentros. El primero de ellos, la madrugada del jueves al viernes, fue el Monumental de River Plate, donde los béticos Pezzella y Guido Rodríguez, que no participaron, se sintieron como en casa. El 2-0 a Panamá, con goles de Messi (tras dos faltas estrelladas contra la cruceta, acertó de libre directo) y Thiago Almada, dio paso a un gran espectáculo montado por la AFA sobre el césped, con entrega a cada futbolista (excepto el ausente 'Papu' Gómez) de réplicas del entorchado, así como manteos a Scaloni y el gran capitán, sesiones multitudinarias de fotos y un sinfín de celebraciones.
Hasta hubo una repetición, ya masiva, del gesto obsceno del 'Dibu' Martínez con el trofeo de mejor portero de Qatar 2022 que dio la vuelta al orbe y fue censurado masivamente. La conocida como 'la banda del mate' se llevó las mini copas donde la barriga pierde su nombre para convertir aquéllas en objetos fálicos para delirio de la grada. Una fiesta que se repetirá el próximo martes (23:00, hora española) en el Estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero, donde ya, tras dar un homenaje el seleccionador a los titulares en la gran final del Mundial ante el combinado panameño, habrá rotaciones frente a Curazao. Durante la tarde de este viernes en Argentina, noche aquí, se ha programado un 'bolo' informal entre los que no actuaron el primer día y un combinado de River Plate en los campos de entrenamiento de la Federación albiceleste en Ezeiza.
Por cierto que el 'Dibu' aprovechó la presencia de muchos compañeros en el directo en YouTube del 'streamer' @SoySebas para señalar a Guido Rodríguez por incumplir en parte la promesa de la mencionada 'banda del mate', que conforman el pivote verdiblanco, el meta de Aston Villa, su compañero bajo palos Gero Rulli, el sevillista Marcos Acuña y el también bético Germán Pezzella. Todos habían acordado, aparte de teñirse el pelo, tatuarse la Copa del Mundo, con las tres estrellas (recordando los títulos de 1978 y 1986), el sol de la bandera del país y la frase del himno nacional que reza 'Oh, juremos con gloria a morir'. Además, cada uno pondría la secuencia de cuatro dorsales, exceptuando el suyo, del grupo (el 6 del central, el 8 del lateral zurdo, el 12 y el 23 de los cancerberos, y el 18 del mediocampista). A juicio de Emiliano Martínez, al dibujo de Guido "le echas champú y se le borra", aparte de que, "de lo chiquito que es, ni con el zoom se ven los números", provocando la risa de todos sus compañeros. Una gran muestra del buen ambiente que reina en la Albiceleste.