Son muchos los que le quieren retirar o mandar a Arabia Saudí, pero Messi no quiere todavía oír hablar de ello. Al menos, eso fue lo que demostró esta madrugada en la fiesta que sus 'muchachos' organizaron en el Monumental de Buenos Aires frente a Panamá (2-0). El jugador del PSG volvió a sacar su zurda a pasear y de qué manera. Y fruto de ello, anotó su gol numéro 800 con la camiseta albiceleste.
El capitán argentino dio toda una tesis doctoral en 90 minutos de cómo se ejecutan los libres directos. Y la parte práctica comenzó siete minutos después de que la afición le brindara el ya clásico tributo a Maradona en el 10'. Y como homenaje al fallecido ídolo albiceleste, Leo realizó su primer lanzamiento a balón parado, pero su disparo se topó con uno de los palos de la portería defendida por el panameño Guerra, que solo pudo hacer la estatua.
Ya en el segundo acto, el exjugador del FC Barcelona dio dos avisos más. Uno en el 51' y otro en el 56' y en ambas obligó a emplearse a fondo al cancerbero centroamericano para evitar el 1-0. Y entre plato y plato, se atrevió con un córner directo, pero el portero del San Francisco FC anduvo atento.
Y cuando el partido entraba en su recta final y el punto de mira de Messi estaba perfectamente engrasado, llegarían las dos mejores obras de arte de la noche. La penúltima en el 77', donde el travesaño volvió a cruzarse en su camino pero, afortunadamente para la afición argentina, sus compañeros tiraron de astucia para coger el rechace y colocar el 1-0 en el marcador. Erró primero Leandro Paredes pero, luego, Thiago Almada definió cruzado para vencer la resistencia del conjunto entrenador por un interino Dely Valdés.
Y con todos los invitados coreando su nombre, llegó el postre. Una falta elaborada por la 'Casa Messi' en el 87' que se coló por las mismísima escuadra y que sirvió para colocar el definitivo 2-0 y para alcanzar su tanto número 800 con Argentina.
Le ha llegado tarde el título de campeón del mundo, pero Messi está dispuesto a saborearlo unos años más rodeado de un equipo que se niega a que le quiten a su líder, como se pudo ver anoche en el Monumental. Está más vivo que nunca, por mucho que le piten en Francia.