Juande Pérez4 min lecturaLeganés y Espanyol se enfrentaban este viernes para abrir una nueva jornada en Segunda División, la número 35 y que hacía que el primero y el segundo de la división de plata del fútbol español se viesen las caras. Tanto Leganés como Espanyol han tenido cierta irregularidad en las últimas 5 jornadas. Así, los madrileños han empatado sus 3 últimos encuentros.
Algo similar ha pasado con los catalanes aunque estos han alternado con 2 triunfos. Con el Eibar al acecho con 55 puntos, solo a 3 del Espanyol y con su partido ante el Andorra este próximo domingo en el tintero para poder igualar a los pericos en la segunda plaza y quedarse a solo 4 de los madrileños.
El partido entre Leganés y Espanyol bien merecía una cifra récord de asistencia en Butarque que presentó una entrada que estará entre las 4 más numerosas del conjunto pepinero. A pesar de esta gran entrada, el Espanyol no se amilanó y tomó la iniciativa del encuentro desde el primer momento. En el duelo se notaba que ambos conjuntos tenían mucho más que perder que ganar.
En los primeros 25 minutos, solo acciones aisladas inquietaron a los guardametas de ambos conjuntos. Braithwaite estuvo a punto de hacer gol en el primer tiempo con un disparo que rozó el palo. Por los locales, Yvan Neyou estuvo a punto de marcar cuando el Leganés empezaba a encontrarse más cómodo.
Y en medio de una relativa calma, todo tembló de repente en el minuto 27 cuando Nico Melamed le ganó la posición a Allan Nyom y se plantó ante Diego Conde, siendo derribado por el arquero dentro del área. Enmudeció el estadio asumiendo el penalti, lo celebraron los jugadores del Espanyol y se resignaron los del Leganés a la espera de que Trujillo Suárez se limitara a señalar lo que parecía evidente.
Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, el VAR llamó a capítulo al colegiado y este indicó falta del atacante sobre el guardameta, que había llegado a tocar la pelota ligeramente antes del impacto cuerpo a cuerpo. Una decisión difícil de explicar, que seguramente tendrá eco tratándose de un choque tan relevante.
El dominio iba por barrios y las siguientes oportunidades fueron para el Espanyol, impulsado por Jofre Carreras en el costado derecho. El centrocampista se acercó con un golpeo desviado, montó una contra que Nico Melamed envió al limbo en buena posición y sirvió una asistencia a la que no llegó por centímetros Pere Milla. Pese a merodear en ambos lados, el gol no se materializaba.
Entró entonces el enfrentamiento en una fase pantanosa, de contactos bruscos y palabras gruesas, que acabó con el técnico visitante expulsado. A partir de ahí el partido fue a menos, conscientes unos y otros de que el empate era un mal menor después de experimentar todo tipo de estados de ánimo durante noventa minutos.