Julio Baptista ha sido despedido de manera fulminante por su amigo y excompañero Ronaldo Nazario, poniendo fin a una larga etapa en el Real Valladolid que se ha prolongado durante cinco años en diversos banquillos de los escalafones inferiores de la cantera pucelana.
El exfutbolista de Sevilla y Real Madrid, entre otros, dirigía por tercera campaña consecutiva al Valladolid Promesas en Segunda RFEF, pero los malos resultados y, sobre todo, las explosivas declaraciones del brasileño el pasado domingo, criticando con dureza la gestión de los canteranos por parte de Paulo Pezzolano, entrenador del primer equipo.
Baptista ya se ha expresado sobre este asunto en otras ocasiones, pero la última fue la definitiva y la más virulenta. “Esta es una competición profesional, que requiere de mucho trabajo para hacer las cosas bien y conseguir competir, y al final, llegamos y yo tengo que enseñar a los chicos cómo hacer comportamientos tácticos en un iPad antes del partido”, indicó el canarinho, que fue más allá: "Yo llevo trabajando aquí cinco temporadas y siempre he hecho la labor de entrenador de club, pero en este momento creo que deberíamos dar una vuelta a la situación”.
Esta palabras no han pasado desapercibidas pàra el club, que, aprovechando que el equipo ocupa puestos de descenso, ha decidido despedir a Baptista y a su cuerpo técnico al completo, compuesto por su segundo José Luis Rueda y el asistente Alfredo Fernández. Lo cierto es que Baptista siempre ha estado en el punto de mira por su amistad con el presidente del club, Ronaldo Nazario, tanto en cuanto los resultados no han acompañado en muchas ocasiones y aun así nunca perdía su puesto.
Ahora en cambio, sus declaraciones y la posición del Promesas han convertido en inviable su continuidad y el Consejo presidido por Ronaldo no ha dudado en despedir a Julio Baptista tras cinco años en el José Zorrilla. Su lugar en el banquillo lo ocupará Álvaro Rubio, asistente de Pezzolano y que también ha formado parte de los cuerpos técnicos de Sergio González y Pacheta.
Su objetivo principal será el de sacar al filial de una situación muy delicada y mejorar la comunicación con el primer equipo, lo que no le resultará difícl por su buena relación con el preparador charrúa. Además, trabajará a fondo en la formación de los futbolistas de la cantera, la cual se ha visto deteriorada por la tensión existente entre cuerpos técnicos.