El partido Roma-Real Sociedad será difícil de olvidar para el técnico Imanol Alguacil por los numerosos fallos que condenaron a los suyos a ese 2-0 final. Un encuentro que era una oportunidad especial para que los donostiarras colocasen su nombre entre los candidatos a conquistar la Europa League tras su buen papel en LaLiga y que, sin embargo, tiraron por la borda con errores clamorosos como el del segundo gol romano.
Pero quien llevará grabado en su piel de por vida este partido será, por desgracia, uno de los centenares de aficionados realistas que se desplazaron hasta Italia para ver en directo a su equipo en el Olímpico de Roma. Concretamente, la acción se produjo antes del partido, cuando este seguidor, que había viajado con su mujer y unos amigos a Roma, se subió a una valla para poder visualizar algo y tomó un impulso hacia arriba ayudado con sus brazos.
Según apunta el diario AS, el hincha blanquiazul, de 49 años, se resbaló, con tan mala suerte que se le quedó un dedo atrapado y éste resultó seccionado. Estaba en compañía de su mujer y se vivieron momentos de verdadera angustia. Sufrió la amputación limpia de la falange de su dedo anular de la mano derecha.
Pero ahí no quedó la cosa. Otro aficionado blanquiazul pudo localizar el dedo y se lo entregó a la esposa del afectado con el fin de que pudieran reconstruirlo. Primero extravió la alianza que portaba en el mismo y, luego, se aproximaron a unos sanitarios, quienes metieron el apéndice rápidamente en una bolsa con hielo.
El aficionado fue rápidamente trasladado al Policlínico Gemelli para practicarle una delicada cirugía y estuvo acompañado por el doctor de la Real Sociedad, Javier Barrera. Al menos, esta historia tan desagradable tuvo un final feliz y se le pudo implantar el anular.
También hay que señalar que el comportamiento de la afición txuri-urdin en la capital de Italia fue ejemplar y los 1.700 hinchas desplazados pasaron unos momentos muy agradables en la previa del encuentro.
La Real Sociedad contó con el apoyo de casi dos mil personas en el Olímpico de Roma. Sin embargo, pudieron ser más si los 160 aficionados que se quedaron colgados por la huelga de controladores aéreos en Francia hubiesen podido viajar. Estos se encontraban en Loiu, donde no volaron 70 hinchas, y en Biarritz, que había 90 aficionados ya esperando a despegar rumbo a Italia.