Son varios los clubes ingleses de exuberante solvencia económica que desde la Premier League inglesa han tirado la caña a Takefusa Kubo, sin que por el momento muerdan el anzuelo la Real Sociedad ni el propio extremo japonés. El manido símil de la pesca como sinónimo del interés en cerrar un fichaje resulta aún más inevitable si se acepta el último post en redes sociales del nipón como respuesta válida para la creciente rumorología avivada desde Inglaterra con amenazas de supuestas ofensivas del Tottenhham Hotspur, el Liverpool FC o el Manchester United. El '14' blanquiazul no parece muy inquieto y se aisla de todo en una relajante sesión pesquera, dicho sea de paso, ataviado con un llamativo 'look' al que sus compañeros no han podido evitar contestar con un simpático afán de 'trolear'.
La semana pasada, la cadena ESPN anunciaba que el Manchester United maneja el fichaje de Kubo por si no consigue hacerse con Michael Olise, jugador del Crystal Palace al que también pretende el Chelsea FC, al tiempo que se hacía eco de otras informaciones que le vinculaban con el Liverpool, como potencial sustituto para Luis Díaz, y sobre todo para el Tottenham, el más interesado de los tres. Tanto es así, que Mundo Deportivo aseguraba que los 'Spurs' habían tanteado la posibilidad de llegar a un acuerdo en torno a los 50 millones de euros y que la respuesta de la entidad donostiarra había sido negativa, remitiéndose a la cláusula de rescisión que marca el contrato que el joven atacante firmó hace apenas tres pases para extender su vinculación hasta 2029.
Ya entonces, Kubo aseguró que había renovado porque tenía la firme intención de seguir creciendo en la Real Sociedad y que no tenía ningún interés en cambiar de aires este verano. De hecho, su balance de la segunda parte de la temporada ha sido muy autocrítico, reconociendo errores puntuales en la eliminatoria de Champions League contra el PSG (en un mal marcaje a Mbappé que costó un gol) y aceptando que llegó muy cansado de su participación con Japón en la Copa de Asia de enero y que luego perdió aún más fuerzas en su intento de ayudar al equipo en el apretado calendario de febrero y marzo, lo que acusó con un pronunciado descenso de su rendimiento.
"Realmente, ahora mismo no estoy pensando en la próxima temporada, pero pase lo que pase, espero poder jugar por conseguir objetivos ambiciosos. Quiero descansar y volver fuerte para mejorar mis numeros y aspirar a hacer dobles dígitos en la próxima temporada, algo que no pude conseguir ni el año pasado ni tampoco en éste", aseguraba después de acabar con siete goles y cinco asistencias en 41 partidos en esta 23/24, después de haberse entrenado con 9+9 en sus 44 encuentros oficiales de la 22/23.
Sin embargo, el hecho de que en su renovación viese mejorado sus emolumentos y ampliada su vinculación mientras su cláusula de rescisión permane intacta en 60 millones, unido a que el Real Madrid maneja un 50 por ciento de la plusvalía y le interesa su traspaso, invitaban a pensar en que Kubo sería uno de los elegidos para hacer caja y equilibrar cuentas este verano. En esa tesis incluso podría cuadrar como argumento sólido el perfil de futbolista que está sonando en las últimas semanas: Kerem Arktürcoglu, del Galatasaray; Matías Fernández-Pardo, del Brujas; Arda Güler, de su socio merengue...
Sin embargo, a día de hoy hay total tranquilidad en las partes, que permanecen a la espera de noticias y ajenas a rumores. Salvo sorpresa, Robin Le Normand acabará en el Atlético de Madrid, con los colchoneros luchando también por Mikel Merino junto al Barça. La necesidad de recaudar es relativa y vender al central y al mediocentro sería un salvaconducto para la continuidad de otros pilares de Imanol Alguacil como Martín Zubimendi o el propio Takefusa Kubo, así como de otros líderes que manejan pretendientes como Álex Remiro (con mercado inglés), Mikel Oyarzabal (en la agenda de la Juventus), Beñat Turrientes... Además, el japonés es todo un filón comercial y una fuente de ingresos muy atractiva. Sale más barato quedárselo que venderle.