La Real Sociedad sufre problemas de desarraigo

El equipo 'txuri-urdin' afronta una paradoja mayúscula: lucha por un hito histórico en la peor versión como local de su existencia, un palo en la rueda que está resultando determinante a la hora de definir los objetivos de la temporada

La Real Sociedad sufre problemas de desarraigo
La Real Sociedad ha metido un palo en su propia rueda. - Cordon Press
Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura

La Real Sociedad vive el mejor momento de su historia desde las dos ligas seguidas de principios de los años 80 del siglo pasado. El equipo donostiarra viene de hacer un buen papel en la Champions League, donde ha llegado hasta los octavos de final en una competición que no jugaba desde hacía 10 años y en la que sólo ha estado cinco veces. Además, rozó otra final de Copa del Rey y en la LaLiga tiene en su bolsillo el pasaporte para jugar en Europa por quinto curso consecutivo, marcando un hito sin precedentes en la entidad. Pues, paradojas del destino, justo en este álgido momento al equipo de Imanol Alguacil le ha dado por padecer unos galopantes problemas de desarraigo con su casa y su familia de Anoeta, estadio que no pudo ejercer el factor campo en las eliminaciones ante PSG y RCD Mallorca y feudo que este pasado domingo registró la peor entrada de toda la temporada en el decepcionante empate ante el colista, mandando más puntos valiosos al tragón sumidero de una de las peores rachas como local de toda su existencia.

El equipo blanquiazul encara las siete últimas jornadas con cinco puntos de ventaja sobre el Real Betis o, lo que es lo mismo, tiene cinco puntos de ventaja en zona de Europa League con respecto a la posición de Conference. Sin embargo, la distancia sabe a poco teniendo en cuenta que los verdiblancos venían de enlazar cuatro derrotas seguidas y han logrado recortarles dos tras ganar al Celta y aprovecha el pinchazo de la Real Sociedad ante el colista, en un 2-2 que llegó en los últimos minutos tras un absurdo agarrón de Igor Zubeldia al Choco Lozano que, además del penalti que Embarba transformó en la igualada para hacer volar otros dos valiosos puntos de Anoeta, generó la expulsión del central vasco, que se pierde la visita del próximo domingo al siempre competitivo Getafe CF de José Bordalás.

La Real Sociedad se ha metido un palo en su propia rueda en sus encuentros como local. Sólo siete victorias en los últimos 20 partidos en casa entre todas las competiciones. Prácticamente un triunfo de cada tres citas es un bagaje muy pobre para un equipo que está viviendo uno de sus momentos de mayor esplendor. Para ver dos victorias seguidas en el Reale Arena en LaLiga hubo que esperar cuatro meses: desde el 2-1 al Sevilla FC el 26 de noviembre al 2-0 con el Cádiz CF el pasado 15 de marzo. No ha habido más. Entre medias, se llevaron puntos de San Sebastián de manera consecutiva el Betis (0-0), el Alavés (1-1), el Rayo Vallecano (0-0), Osasuna (0-1) y el Villarreal (1-3). A ellos, tras el paréntesis contra los cadistas frenando la peor racha de toda su historia, se ha sumado ahora el Almería (2-2).

Además, la 23/24 comenzó con dos empates seguidos contra Girona (1-1) y Celta (1-1) en las dos primeras jornadas. Celebró alocados triunfos ante Granada (5-3), Getafe (4-3), Athletic (3-0) y Mallorca (1-0), antes de perder por primera vez contra el Barça (0-1). En Copa, el único encuentro que disputó ante su público fue la vuelta de semifinales y en la Champions sólo venció en uno de cuatro: arrancó con otra igualada frente al Inter de Milán (1-1), venció al Benfica (3-1), volvió a firmar tablar con el RB Salzburgo (0-0) y fue doblegado en la vuelta de octavos por el PSG (1-2).

El desarraigo contagia a la afición: peor entrada del curso en Anoeta

A la hora de remarcar estos malos números de la Real Sociedad en Anoeta no puede pasarse por alto la palpable desilusión que genera en su afición, quien en cierto modo se ha contagiado de ese desarraigo. El aforo medio por partido de este curso en Donosti está en 31.966 espectadores, cifras que se han superado con creces en las semis coperas y en los duelos de Champions -entre 35.000 y 39.000 de horquilla-. En LaLiga, rara vez ha bajado de 30.000, pero ya alcanzó esa barrera por los pelos en las tres anteriores citas y este domingo se ha quedado muy debajo. Las 26.520 personas que vieron el empate ante el Almería conforman la peor entrada de la temporada, empeorando el registro del aún vacacional 2 de septiembre ante el Granada CF (27.808).