La elevada competencia en el centro del campo de la Real Sociedad hizo que Roberto López optase por marcharse cedido de nuevo el pasado verano. Una decisión que, de momento, está dando sus frutos, pues el mediocentro zaragozano se ha convertido en uno de los jugadores más determinantes en Segunda división, donde cumple su tercera temporada consecutiva.
Tras dar el salto al primer equipo donostiarra en 2020, en la 21/22 supuso un refuerzo de lujo para el filial txuri urdin en la Categoría de Plata, dando un paso más el pasado curso en las filas del Mirandés, con el que firmó 8 goles y 5 asistencias en 42 partidos.
De cara a esta temporada, la idea de Roberto Olabe, director de fútbol del conjunto donostiarra, es que hiciera la pretemporada a las órdenes de Imanol Alguacil. Pero Roberto López no lo dudó cuando se le presentó la oferta del Tenerife, consciente de que en la Real Sociedad tendría complicado ‘robarle’ minutos a jugadores como Brais Méndez o Mikel Merino.
La presencia en el conjunto chicharrero de Asier Garitano, el técnico que le hizo debutar en Primera división, fue clave. Y Roberto López está respondiendo con creces. Sólo se ha perdido un partido por lesión y ha sido titular en 16 de los 17 encuentros ligueros en los que ha participado, destapándose con cinco goles y dos asistencias.
El pasado fin de semana, sin ir más lejos, fue decisivo para que su equipo venciera por 0-3 al Eldense, al firmar un golazo y regalar a Teto Martín el tanto de la sentencia. Una gran actuación que ha tenido su continuidad este miércoles en la Copa del Rey, con una nueva asistencia en el sufrido triunfo por 2-3 ante el Deportivo de La Coruña.
Sin querer mirar más allá del 30 de junio, cuando finaliza su préstamo, el centrocampista maño asegura cada vez que le preguntan por su futuro que su único objetivo es ascender con el Tenerife. En ese caso, el club canario tendrá que ejercer de forma obligatoria una opción de compra valorada en 3 millones de euros.
Pero, aun así, la Real Sociedad podría activar una opción de recompra para repescar a un jugador que está haciendo méritos para volver al Reale Arena. Los técnicos del conjunto vasco confían mucho en las cualidades de un jugador de sólo 23 años que posee un gran golpeo de balón, aunque entienden que aún debe mejorar en otros aspectos. Pese a ello, en verano no quisieron perderse el control sobre él y están muy atentos a su evolución. Será Alguacil quien tenga la última palabra.