Alvaro Arenillas4 min lecturaPuede ser uno de los culebrones del verano –e incluso más allá–. Hace meses que se habla no solo de la posible renovación de Mikel Merino, sino de que esta estaba más que encaminada para cerrarse allá por el mes de febrero. Se dieron hasta las cifras: contrato hasta 2028 manteniendo la cláusula de rescisión en 60 millones de euros. Pues bien, se ha acabado la temporada, encaramos ya el mercado de fichajes de verano y no se ha cerrado absolutamente nada.
Durante la temporada, con la Real Sociedad peleando por ser equipo de Champions League –algo que terminaron consiguiendo– todas las partes guardaron silencio mientras las conversaciones seguían su curso. Desde AS señalaban que el diálogo era fluido y que jugador y club estaban en sintonía; el primero quería sentirse valorado el segundo demostrar su total confianza en uno de sus puntales. Puede que no hayan cambiado de idea, pero escuchando al futbolista, quien ha atendido a los medios desde la convocatoria de la selección española, surgen dudas.
"Hay tiempo de sobra y ninguna urgencia. Se requiere tiempo, hacer las cosas bien y atar todos los cabos. Pueden estar tranquilos, porque el club y yo lo estamos", comenta el centrocampista sin dejar claro si continuará durante muchos años vistiendo la camiseta de los txuri urdin, y mucho menos si la decisión respecto a su continuidad en el club está cercana.
En lo que no se le puede restar un ápice de razón al centrocampista es en las prisas. Con dos años de contrato por delante, hay tiempo de sobra para que se alcance un entendimiento. Nada tiene que ver con la situación que se viviría si entrase en su último año con la Real, algo que sí puede llegar a ocurrir si no se ponen de acuerdo durante el verano.
La visión del futbolista está clara, pero... ¿piensa el club igual? Desde hace meses se habla del creciente interés que hay en la Premier League por hacerse con los servicios de Merino. Siendo una competición tan potente en términos económicos, se da casi por hecho que algún club británico podría pagar la cláusula del navarro (fijada en 60 millones de euros), además de ponerle un suculento contrato por delante. Ese ha sido siempre el gran temor de los donostiarras, quienes creen que es posible que Merino vea con buenos ojos iniciar una nueva etapa más allá de San Sebastián.
Con las renovaciones de Mikel Oyarzábal (hasta 2028) y Martin Zubimendi (hasta 2027) certificadas, la Real ha marcado un camino al que desea dar continuidad con Merino. El plan es establecerse como uno de los clubes más potentes de España, algo para lo que ha supuesto un espaldarazo el lograr la clasificación para Champions, sin duda un aliciente para Merino. Los Guipuzcoanos miran al presente, pero también a un futuro en el que desean seguir brillando con el '8' en su mediocampo.