Pocas veces se le ha visto así de enfadado a Imanol Alguacil como al término del partido contra el FC Barcelona. El técnico de la Real Sociedad no daba crédito y casi termina pagándolo con la pantalla del VAR instalada a pie de campo. Pero afortunadamente se contuvo.
Al igual que ya les había pasado anteriormente con Real Madrid y Atlético, se marchaban de vacío habiendo sido muy superiores a su rival sobre el terreno de juego. Pero a entrenadores como el realista, la filosofía de la posesión o el 'jogo bonito' sin triunfo no le basta. Siempre lo ha dicho y ayer lo volvió a subrayar: "Se trata de jugar como esta noche, pero también se trata de ganar, y no lo hemos hecho. Los jugadores y el staff tenemos que estar muy enfadados con el partido que hemos hecho hoy, no podemos consolarnos solo con ser mejores".
Pero su auténtica rajada la hizo antes de acudir a la rueda de prensa. Lo hizo ante los micrófonos de Movistar LaLiga, cuando estaba todavía muy pero que muy calentito el de Orio: "No solo nos ha penalizado la falta de acierto, no me voy a quedar con eso, sino también con cómo hemos defendido al final del partido. No sólo en la jugada del gol, sino también minutos antes en la de Gavi. No se puede defender así".
Fruto del calentón, de estas palabras evidentemente han quedado señalados los cambios que hizo y, en especial, uno: Momo Cho. El joven jugador francés entró en el minuto 78 reemplazando a Barrenetxea, uno de los más activos del conjunto vasco, y fue quien perdió la marca de Araújo en la jugada del tanto barcelonista. Y los aficionados de la Real Sociedad ya le están criticando abiertamente a través de las redes sociales.
Posteriormente, en la sala de prensa, Imanol Alguacil recapacitó y dio marcha atrás y buscó una explicación en el transcurso de todo el encuentro, "no solo los diez minutos finales".
Uno de los alicientes que tenía ayer la Real ante el Barça era acabar con el gafe que le persigue en Anoeta desde la temporada 2015-16, fecha en la que consiguieron el último triunfo ante el cuadro catalán gracias a un solitario tanto del aún jugador del filial, Mikel Oyarzabal. Desde entonces y hasta ayer, habían sumado dos empates y encajado seis derrotas como local ante el conjunto culé. Ahora, ya son siete.