La carrera del exsevillista Carlos Fernández se ha visto frenada continuamente por el calvario de lesiones que le han impedido disfrutar de continuidad y explotar unas cualidades que ha evidenciado cada vez que le han dado un respiro. Y es que cuando ha habido un conato de reacción, de sentirse de nuevo futbolista, los problemas físicos le han golpeado de nuevo.
El último revés lo ha recibido muy recientemente, cuando su físico le ha jugado otra mala pasada justo ahora que se había recuperado de su enésima lesión y estaba a punto de recibir el alta médica para ponerse de nuevo a disposición de Imano Alguacil. Y es que el pasado jueves se ausentaba del entrenamiento y a Real Sociedad informaba de que sufre una lesión muscular en el sóleo de su pierna derecha que posiblemente le impida regresar al terreno de juego en la presente temporada.
Así las cosas, este curso, en el que empezó con el respeto de las lesiones, tan solo ha jugado 558 minutos repartidos en 16 encuentros, y no pisa el césped desde que a principios de enero se rompiera el menisco y tuviera que pasar por el quirófano el 4 de febrero.
La realidad es que la Real pagó 10 millones por él al Sevilla en enero de 2021 y desde entonces, en tres campañas y media, solo ha podido disputar un total 1.800 minutos en 59 partidos, mientras que se ha perdido nada más y nada menos que 111, un pésimo saldo por mor de las lesiones que ha impedido a la Real amortizar su fichaje.
En este contexto, de nuevo lesionado, llega el verano y ahora mismo su futuro es una completa incógnita tanto en cuanto a dónde jugará la temporada que viene, si bien todo apunta a que no será en el Reale Arena. En este sentido, en el club donostiarra entienden que el ciclo del de Castilleja de Guzmán como blanquiazul ha terminado en el sentido de que no es sostenible seguir confiando en un futbolista que gusta al cuerpo técnico pero al que no le responde el físico muy a su pesar.
En este sentido, a tenor de las indagaciones de ED, la idea de la Real Sociedad con Carlos Fernández es buscarle una salida en verano a pesar de que tiene su contrato hasta 2026. La web Transfermarkt lo tasa en tres millones de euros, si bien su inactividad y propensión a caer lesionado complicaría la tarea vasca de hacer caja con su adiós.
El futbolista podría ver con buenos ojos un cambio de aires y, a sus 27 años, tratar de empezar de nuevo en otro club con la esperanza de que la suerte lesonría al fin. Pretendientes no le faltarán, entre ellos el Granada, donde dejó muy buenas sensaciones.