La salud mental es algo que se ha dejado en un segundo plano en demasiadas ocasiones, incluso tratándose como si fuese un tema tabú. Por eso ayuda mucho que un jugador de Primera división como Álex Remiro trate el tema con naturalidad y explique que él mismo ha recurrido a ello cuando ha sentido que le hacía falta.
"Si fallas se te va a señalar probablemente. Para mi hay que asumirlo, no pasa nada por decir que he fallado. No te debe cohibir, dar miedo. En la elite el fallo está en cada acción y las consecuencias son mucho más importantes. No me siento peor portero por fallar, he fallado y punto. Aprender de los errores es lo mejor que puedes hacer. Todas las acciones que haces son acierto y error, y eso hay que gestionarlo. Yo lo gestiono desde la naturalidad de lo que he vivido y de que creo en lo que hago", comentó durante una participación en el foro Chat Relevo antes de recordar el momento en el que recurrió a un psicólogo.
"Cuando llegué a Segunda como cedido era un niñato, tenía un contrato largo en el que ganaba mucho dinero. No jugué, no me fueron las cosas bien, tenía un compañero veterano que lo había hecho bien el año anterior. Pedí ayuda. Era un niño que no tenía claras sus prioridades, qué tenía que hacer para llegar, competir y ser feliz compitiendo y jugando", explicó el portero de la Real Sociedad.
Respecto a lo que es el fútbol de élite, Remiro expresó que desde hace tiempo los clubes cuidan muchos aspectos de la vida de los futbolistas y que en ese esquema es imprescindible que también haya un profesional en salud mental.
"Cuando llegas a niveles de exigencia tan altos miramos la comida, hacemos ejercicio físico fuera, tenemos asesor económico... y hay que tener un psicólogo también, es clave. Me he sentado con jugadores para que hablasen con mi psicóloga o con alguien que supiera lo que estaba pasado. Recuerdo una persona que acababa los entrenamientos llorando. Tengo en mente 3 ó 4 personas a las que les he dicho que trabajen con un psicólogo", expresó.
Otro de los momentos clave en su carrera llegó cuando dejó de jugar en el Athletic Club. El ahora arquero de los txuri urdin señala que alcanzar ese momento de su carrera con un trabajo previo fue esencial. "Hay situaciones contractuales en las que uno debe tomar una decisión, y eso te lleva a pros y contras. A mi me implicó que tenía un año vacío de partidos. Ahí ya tenía herramientas trabajadas en los cinco años anteriores para saber poner el foco en eso", sentenció.