Valencia
R. Madrid
Se esperaba un partido de alta tensión entre el Valencia y el Real Madrid. Principalmente, con los focos sobre Vinicius, que la pasada campaña recibió insultos racistas por parte de algunos aficionados del Valencia, desembocando todo aquello en una causa judicial que aún sigue abierta. Pero, aunque el brasileño hizo un doblete y se vengó así de los pitos constantes de Mestalla, la polémica estuvo en la última acción del partido, con una jugada que dará mucho que hablar.
Antes, hubo más acciones discutidas. Para empezar, en la acción del 2-2, que subió al marcador después de ser revisado por el VAR. La posición de Vinicius al rematar de cabeza un centro de Brahim es muy justa. De hecho, hay otro compañero en un fuera de juego posicional. Pero la pierna del valencianista Mosquera habilitó al brasileño por poco, con lo que el gol es válido.
Ya en la recta final, en el minuto 90, Gil Manzano decretó penalti en una acción en la que Hugo Duro cae al césped entre Nacho y Fran García, pero las imágenes demostraron que el delantero che se había resbalado, por lo que el colegiado extremeño anuló su decisión tras ser avisado desde la sala VOR y verlo en el monitor a pie de campo.
Pero la traca llegó en el 100’, después de un largo tiempo añadido, inicialmente de 7 minutos, que acabó con un gol de Bellingham que no subió al marcador. Todo llega después de que el árbitro, con sus gestos, indicase a los jugadores de ambos equipos que dejaría lanzar el saque de esquina, pero no una segunda jugada.
El problema es que cuando despejó Mamardashvili, el árbitro no pitó el final que había prometido. Algunos jugadores del Valencia ya parecían desentenderse de la jugada. Pero el balón lo gana Brahim y lo pone al área para que sea cabeceado a la red por Bellingham. El lío estaba montado, pues su primer pitido llega cuando el malagueño saca el centro; el segundo, poco antes de que el inglés remate; y el tercero y final, con el balón entrando en la meta che.
A Bellingham se lo llevaban los demonios y se llevaba además la roja directa por sus protestas, lo que puede acarrearle más de un partido de sanción, mientras que Joselu veía la amarilla. "¡Es un puto gol! ¡El balón está en el aire!", fue lo que le dijo el goleador madridista al colegiado.
Pero la tensión continuó en el túnel de vestuarios, donde hubo una gran bronca, con empujones incluidos, protagonizada por Ceballos, Vinicius y Rüdiger. Incluso, Tchouaméni rompió de un golpe una trasera de televisión, según informó Carrusel Deportivo.
El Real Madrid, por su parte, cargaba contra Gil Manzano en sus medios oficiales. “Una decisión arbitral inédita impide la victoria del Real Madrid en Mestalla”, rezaba el titular de la crónica en su página web. Mientras, Tchouaméni no se cortaba en sus redes sociales y dejaba clara su opinión: "Esto es vergonzoso". La polémica dará mucho que hablar en los próximos días.